La joven rubia aún se encontraba orando a los dios, con los ojos cerrados cuando de repente escucho un fuerte ruido que la hizo sobresaltar y abrir los ojos de golpe.

« Pero, ¿Qué fue eso? »

Se pregunto en su mente y se volteo a ver, pero justo en ese instante que lo hizo, sintió como algo chocaba contra su frente. Solo por unos segundos logro ver a un hombre de cabellos blancos cerrar con fuerza la puerta. Minako aún no salía de su asombro. Llevó a sus manos lo que la había golpeado y se dio cuenta que era un pergamino.

« Esto es...»

Se puso a leer y eran los que ella estaba orando hace unos segundos. No entendía nada, lo único que sabia que aquel hombre no iba a salir vivo de esta. Agarro con fuerza ese pergamino y se dirigió hacia la puerta para darle varios golpes