[code]— A-Ah, está bien...— No entendía porqué tanta prisa, las acciones de su amiga cada vez eran más sospechosas. Pero solo se dejo llevar por ella, conociendo a Serena, cualquier cosa podía suceder. — Ni que la tienda se fuera a ir...— Mencionó divertida.[/code]
[code]— ¡Wah!, vi algunos vestidos muy bonitos en oferta. Estoy segura que te gustarán. — En realidad frente al local de ropa femenina se había instalado uno para el público masculino, quizá en ese mismo lugar podría encontrar un chico al cual presentarle a su amiga. — ¡Pero apresurémonos! — Dicho aquello, tomó la mano de la rubia para apresurar el paso. [/code]
[code]De alguna forma esa mirada no le gustaba nada, pero ya averiguaría lo que estaba tramando la rubia. Así que sólo le siguió el juego, y asintió con la cabeza. — Claro, me parece una buena idea. ¡Vamos! — Respondió con entusiasmo y una amplia sonrisa en su rostro.
[code]— Mhm... ¡Quiero que vengas conmigo al centro comercial!, ¿te parece? — Sonrió, siendo clara en una mirada cada una de sus intenciones con respecto a la proposición de convertirse en ''cupido'' para la rubia. [/code]
[code]— Cuidado con decir eso al frente de ella — Menciono divertida, al recordar varios momentos donde la rubia y la pelinegra discutían por cosas triviales. Seguía recordando aquellos momentos hasta que un fragmento de las palabras mencionadas por su amiga la hizo parpadear sorprendida; o sería más exacto decir, confundida. ¿Qué era lo que tramaba? — Si, ¿por qué? — Respondió, entrecerrando sus ojos, con recelo.
[code]— Por lo menos no te quedarás como Rei. — Enseguida, le llegó una imagen ficticia a la cabeza donde la misma pelinegra le gritoneaba como de costumbre. — Eres una chica con una personalidad muy agradable, quizá aún no tienes novio porque yo no te lo he buscado. — Uno, dos, chasquido de dedos. — ¡Tengo una idea!, oye, Mina... ¿De casualidad tienes el día libre?[/c][/code]
[code]Escuchaba atentamente cada palabra musitada por su amiga, quien de repente soltó a llorar. Una enorme gotita resbalaba desde su cien al observarla. Serena siempre exageraba las cosas, y además era una pequeña llorona. — Ya, tranquila, tampoco lo veas de esa forma...— Le daba unas leves palmadas en la espalda para que se tranquilizara.
[code]— Bueno, eso es verdad, pero entonces... — Se le hizo un nudo en la garganta. — ¿Significa que tú no has encontrado al hombre de tus sueños? — Comenzó momentáneamente a sollozar. — ¡N-No te sientas sola, Mina!, ¡Me tienes a mí! — Y se soltó a llorar; quizá no había comprendido bien el contexto que su amiga le explicó. (?)[/code]
[code]— Veras, esto que tengo aquí...— Señala el libro que hace un momento estaba leyendo pero se vio interrumpida por su querida amiga [?]— Son tips para encontrar al hombre perfecto, el príncipe que siempre soñaste...—Se vio envuelta en sus pensamientos, soñando despierta.
Después de unos segundos, su burbuja de pensamientos se rompe y vuelve a la realidad, observado a su contraria. — Pero tú no lo necesitas, porque tienes a Darien...— Guarda el libro, lejos de ella. [?][/code]
[code]—P-Perdón. — [/code] [code]La soltó, sin antes dejar a relucir una carcajada típica de los nervios que casi siempre reflejaba. — Y bueno, ¿qué vas a enseñarme? — [/code]
