[ Listo, rolcito continuado en privado. uvu Aprovecho también de decir que contestaré todo lo que debo. Nadie viene del futuro así que no pueden desmentirme. ] (¿?)

Atraería a una gran cantidad de público haciendo malabares, al igual que entreteniendo a las personas diciéndoles lo ocurrido en la iglesia, principalmente para atrasarlas o hacer que vayan más rápido, entre los que logró detener por un lapso de 30 minutos fue a un joven de cabellos cafés.

En cuanto llegó la policía este volvió al interior de la iglesia estando con un rostro agitado por todo lo que hizo se mantendría en un asiento, esperando a ser parte de la investigación como un testigo más y de esa forma poder encontrar al viajero.

—Bien, tu turno... — Se dijo a sí mismo, si el viajero volvería a la escena del crimen, era claro que sería como policía por lo que sospechaba de cada uno de los que se encontraban ahí, pero no actuaría sin tener alguna prueba.

A lo que supuso que fue el golpe que dio el arma y el retroceso que causó el disparar algo de ese calibre a lo que simplemente observó por un momento aquella raspadura. En su mano saltaría una alerta, era su reloj, el cual le avisaría que una "energía" fue usada, por lo que sonreiría ladinamente.

—Así que aquí es cuando te encuentras...— Vociferó para él, ya que se encontraba en una búsqueda por aquella persona que daba saltos en el tiempo e intervenía en el mismo, no sabía si para bien o para mal, pero sin duda alguna era algo que no se debía hacer y su familia era un grupo sectario el cual cazaba a los viajeros del tiempo.

—El portal se cerró rápido, significa que lo detuvo.— Este negó con la cabeza, pero sabía que tenía que estar cerca, por lo que debía interferir en su siguiente misión, tenía que encargarse de que volviera al primer lugar. Así que sin más y antes de que la policía llegara a la iglesia, comenzaría a hacer un acto en las afueras de

|| Con permiso, me robo el rol y lo tomo como si fuera para mi.
------------------------------------------------------------------------------------
La iglesia estaba repleta, el tiempo era el correcto, aquel anciano de poco cabello y una cabeza reluciente se encontraba de un momento a otro en el suelo, pero había algo en el ambiente, un olor único, un perfume poco común, lo extraño no fue la esencia, sino que esta desapareció sin dejar un rastro alguno cosa que provocó que levantara una ceja.

El tumulto comenzaría a hacerse presente, todos los invitados a la casa del señor fueron a donde yacía el cuerpo del padre de dicha iglesia rodeándolo, los gritos comenzaban a invadir el lugar, la desesperación en la mirada de algunos era más que clara, por otro lado, el pelirrojo estaba sumamente extrañado, tanto que volteó a sus espaldas, donde miraría algo extraño.

Sin más decidió subir a la parte superior de aquella iglesia, y notaría que una parte de la madera se encontraba raspada.

// Nada de eso uvu está genial.

[ Tal vez no fue lo suficientemente bueno y/o interesante. uvu ]

// F por el rolsito.

[ Este rolcito me había motivado bastante. LASTIMA que esa persona se fue sin dejar rastro. En fin, la hipotenusa. Ojalá les guste. uvu ]

Salió de la tienda corriendo hasta meterse a un callejón para poder revisar con calma lo que había ocurrido: debía volver a la escena del crimen. Rodó los ojos con cierta molestia debido a que al parecer era mucho más grave de lo ocurrido al existir alguien que no debía estar en ese momento.

Sacó un nuevo artefacto, una especie de cangrejo de metal cuya función principal era cambiar su apariencia y con un solo "click" su ropa cambió a la del a policía local, así no levantaría sospechas, por lo que a los minutos volvió hasta la iglesia, entrando por la puerta principal mostrando la placa en todo momento. Ahora debía averiguar quien de todas las personas en el lugar no debería estar.

― 18:36. Un minuto para cumplir la misión. ―

Dentro de la tienda todo parecía trascurrir normal, algunas personas probándose zapatos y otros solo mirando como ella. Se aseguró de tomar el modelo que se llevaría el sujeto ese día, así retrasaría la compra y finalmente se cancelaría.

― Tres, dos uno... ―

Cuenta regresiva. Tenía esa mala costumbre de hacerlo pero para su sorpresa, el hombre nunca entró y en su reemplazo lo haría una mujer junto a un niño. Algo malo había pasado. «¿Qué diablos?» Pensó confundida, eso no debía pasar claramente. Tiró los zapatos al suelo cuando la tableta comenzó a sonar; algo iba mal.