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-de inmediato de arrodilló con la cabeza en el suelo y los brazos sobre la misma mostrando una caja hecha de pequeños trozos de huesos humanos -

Shen Qingqiu, le gustaría ser la reina de los demonios y el esposo de de aquel rey demonio por el resto de nuestras vidas?
-abrió el cobre mostrando en su interior un anillo de tonos rojos construido con materiales del mismo infierno. Lo que hacía ese anillo único en la tierra -
 
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-sacudio la mano en el aire en seña de "no pienso hablar de eso ahora" reverencia a sus hermanos llendose ruborizado antes que lo tomen para hacerle preguntas que quizás no pueda contestar -
La boda será tradicional y nada fuera de lo común, si algo extraño llega a pasar. buxiang sabe muy bien que no le daré mi cuerpo cuando el lo necesite... Hermano Xie mejor debería ir mirando su posibilidad de boda, Vi que andas comprometido con un fantasma

-froto sus labios jugando con su maestro pasando a una de sus mejillas dándole mordiscos -

En esta vida y en las siguientes, prometo siempre estar allí para cuidarte
- Con escucharlo, decidió revelarle su rostro aunque estaba algo avergonzado de que lo viera de esa manera. Su rostro estaba enrojecido pero estaba feliz y eso no podía ocultarse. -

Compañeros por toda la eternidad entonces...
Cuando descubra como es la boda de la familia va a querer seguir soltero

-como siempre metiéndose a dañar las ocasiones especiales? -

Daré la noticia de los nuevos tortolos que se unen! Será un gran boda!
No tienes que ocultar la emoción me asegure de que nadie venga a molestarnos

-dejo a unos kilómetros avisos de "peligro, zona llena de peligrosos demonios. No entrar"-

¿Me permitirás ver el rostro de mi querido esposo? A partir de ahora seremos compañeros en la vida y tal vez más allá de la muerte
- Nunca imagino que si discípulo le propondría algo así. Realmente fue algo totalmente inesperado pero una gran felicidad inundó su corazón al ver aquel anillo frente a él. No sabía cómo responder sin perder su imagen como maestro, era muy difícil pero en ese momento realmente valía la pena ocultar lo que sentía?

Al final solo termino por abrazarlo, arrodillándose con el y ocultando su rostro en la curvatura del cuello ajeno. No quería que viera su rostro enrogecido. -

Nada me haría más feliz que poder compartir mi vida contigo Binghe. Por supuesto que este maestro acepta.

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