-Dejo que la chica hablará por si misma diciendo cada cosa que lo comprometía cuando en realidad nunca la había visto en su vida. -Deberás disculparme... pero me temo que no recuerdo ninguno de esos acontecimientos de los cuales plantes...- luego acomodo sus anteojos con las puntas de sus dedos.
-Jo~ debo decir que de alguna forma me siento alagado, pero debo rehusar tu oferta. -Si bien el recordaba bien de que iba el tema, pero pensó que lo más ideal sería retirarse.
-¿Oya? ~ creo que se me está haciendo tarde... -dijo mirando su reloj de muñeca, no es que tuviera planes realmente pero solo se había acercado para pedir unas direcciones, las cuales, claro, obtendría por si mismo. -Creo que es momento de retirarme, me disculpará. - se inclino levemente para saludarla y le dio la espalda para entonces querer retirarse.
-No siempre... -Sintió por un momento que tuvo que repetir esas palabras, ya que le llenaba de cierta sorpresa, y como era de esperarse, sus dedos subieron al marco de sus lentes para elevarlos y así finalmente acomodarlos.
-Pregunta el porque... Me temo que soy un hombre comprometido... -Dijo el de lentes mientras entablaba una conversación con la joven. Ya había trazado una linea fina entre ambos el capitán. Acto seguido se llevo una mano a la cintura y siguió entablando la charla con la joven.
-No creo que sea demasiado inocente señorita, creo que lo he comprobado a la hora de escucharle decir aquellas palabras.
Ho~ ... *Expreso el hombre de uniforme, no se espero tal respuesta, pero una ligera sonrisa se puso en sus labios, no venía con esas intensiones más que el simple hecho de preguntar direcciones y con algún motivo para socializar un poco esa misma tarde.* Me sorprende de que conozca mi nombre, aunque no a de ser para menos cuando eres el que se encarga de llevar a cabo la seguridad de las calles. *fue entonces que cerro un momento sus ojos y dijo lo siguiente* Creo que a mal interpretado mis intensiones, no me he presentado para hacer algún gesto indecoroso a su persona.
Era una tarde muy acalorada realmente, pero él como siempre se encontraba con su yukata, al parecer hoy no tenía prioridad su trabajo así que empezó a caminar por las calles observando a la gente deshacerse por el mismo calor, aunque el no lo sufriera tanto debido a su poder. Pero entonces se percato de un problema, a pesar de su inteligencia el rey azul se encontraba perdido en una zona que no conocía, por lo que decidió pregunta a una joven que estaba sentada en una cafetería cercana.
-Buenas tardes jovencita, ¿Podría decirme en donde me encuentro?, me temo que no conozco muy bien estos alrededores, lo investigaría con mi pda pero me temo que eso le quitaría lo entretenido a la situación. - Si, así de raro era el de cabellos azules.
