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Why have you forsaken me?
 
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Azrael1581217 · 31-35, F
Suspiró pesadamente, en ningún momento apartaba la vista del camino pero se podía notar la seriedad con la que estaba tomando ese tema. —Gabriel y tú difieren en casi todo, pero no precisamente por eso son enemigos. No sé si realmente puedo explicarme...— resopló un poco agobiada, soltó con una mano el volante y lo llevo a su cabello, su ropa, rostro y manos estaban cubiertas de la sangre de su hermana. — Hoy más que nunca deben dejar esas diferencias y me asegurare de hablar con Gabriel...— Suspiró pesadamente — No puedo creer que se comporten como infantes. —
No respondió en primera instancia, pensativa al escuchar aquéllas palabras. Su hermana pequeña tenía algo de razón, desde el principio de los tiempos su primer aprendizaje había sido dividir, incluso eran crueles las jerarquías angelicales y ahora, con Gabriel capaz de morir por 'su propósito' y Michael cayendo en la desesperación, veía lo injusto que "Él" había sido negando siquiera el derecho de la voluntad incluso a los Arcángeles Cardinales. Lo ridícula que aquélla segregación resultaba, porque de ese modo se garantizaba el cumplimiento de Su Voluntad.

—Si convences a Gabriel de que deje de ser una zorra engreída puedo intentarlo.— No era la mejor relación la que tenía con la Fuerza de Dios, discutían todo el tiempo, muchas veces llegando a la agresión física. Jamás le haría un daño real, pero suponía, los Arcángeles no creerían que el Diablo tiene buenas intenciones.
Azrael1581217 · 31-35, F
Sintió la mano herida sobre la propia y apretó sus labios, siempre había visto a Lucifer inquebrantable, nada podía hacerle perder ese pésimo sentido del humor que tenía ni arrancar la ironía de sus palabras y su riesgo a perder la vida parecía solamente haber acrecentado sus deseos de seguir mandando a todos a la mierda. Azrael suspiró, se aferraba al volante sin apartar la mirada del camino, quería llegar cuánto antes. — Vamos a enfrentar esto, pero necesito que dejen de pelear entre ustedes. No necesitamos dividir, no necesitamos hacer lo que "El" nos enseñó. ¿Entiendes?...— Con la seriedad que le caracteriza añadió, apretando nuevamente sus labios, un gesto que hacía cuando se sentía realmente tensa.
Al sentir alivio en sus palmas, una mano temblorosa llevó el resto de la botella a sus labios, dando un trago largo mientras Azrael subía la velocidad, para no haber sujetado un volante jamás no lo hacía nada mal.

Sus palabras habían hecho eco en su cabeza. Un mensaje. Ella tenía razón y Lucifer no pudo evitar una amarga risa. —Son idiotas entonces, debieron terminar conmigo. Cuando los encuentre, ni siquiera sus cenizas quedarán en este mundo, y sus almas sufrirán eternamente el peor de los tormentos.— Habían tenido suerte una vez, pero la próxima estaría preparada. Su mano cubierta de rojo buscó la de Azrael, y débilmente la sujetó. —Si un día vamos a dejar de existir, no será por voluntad de esos asquerosos seres terrenales. Te lo prometo.
Azrael1581217 · 31-35, F
Miró al frente y sujeto con fuerza el volante antes de soltar un suspiro y relajar su cuerpo. Difícil no debía ser así que haciendo uso de su poco conocimiento, aceleró. Debian llegar cuánto antes al club y pedir la ayuda de Maze.
No sabía que iba a pasar desde ese momento en adelante, lo único que podía pensar era en la posibilidad de una cacería y que las presas eran ahora los ángeles. Un peligro latente sin duda pero no estaba dispuesta a dar su brazo a torcer.
— Esto fue un mensaje...ahora más que nunca, todos debemos unir fuerzas. — Manejar se le estaba dando mejor de lo que imaginó, ver a Lucifer conducir le había ayudado en cierto aspecto. — Estaremos bien...— murmuró, convenciendose a si misma que así sería.
—Oh no... mis asientos de piel...— Se quejó al caer sentada sobre el del copiloto, su cuerpo tuvo descanso en toda aquélla comodidad que al final del día no era tan inútil como Gabriel pensaba. De la guantera del lujoso vehículo sacó una botella, a la que con los dientes sacó el corcho, más no bebió el licor, lo usó para verterlo sobre las heridas de sus manos perforadas. —Al menos conocen los pasajes bíblicos y no me clavaron por las muñecas. Habrías llegado a llevarte mi alma en vez de salvar mi vida.— Reprimió el dolor que llegó antes de un sutil alivio.

Sonrió ante el berrinche de su hermana pequeña y cerró los párpados, notablemente agotada. —Hay un viejo proverbio mortal que dice: el que tenga miedo de morir, que no nazca. Conduce.— Confiaba en ella, si un ataque como el que había soportado horas antes no había acabado con ella, Azrael al volante era un juego. —También debes encontrar a Gabriel... por cosas como esta le he dicho a esa maldita lisiada que necesita un teléfono.
Azrael1581217 · 31-35, F
Todos habían abandonado el paraíso, una prueba más de que "El" había muerto y ese ataque a Lucifer era la señal que Azrael necesitaba para comenzar a velar por lo suyos en lugar de aferrarse tanto a la humanidad. En este momento, los ángeles dependían de ellas.
— Bien, pero lo principal es curarte esas heridas...— En una de sus manos, aquella que no sujetaba a Lucifer, apareció una de sus armas e inmediatamente al salir de aquel santuario levantó la vista y su arma en espera de cualquier movimiento. — Tu auto, Helel. — Le llamó dirigiéndose hasta el mismo. — En un chasquido podríamos ir al infierno, sería más fácil que conducir contigo en el asiento del copiloto, perforada y desangrándote...— se quejó al abrir una de las puertas para colocar a Lucifer en su lugar. — ¡Pero siempre quieres complicar todo! — Cerró la puerta con cierto desespero y fue hasta el lado del conductor, subió y encendió el automóvil. — Te advierto que jamás he conducido, así que aún puedes elegir ir al infierno
—Somos más similares de lo que crees, hermana. Quizás sería mejor volver a nuestros viejos hábitos y no bajar la guardia otra vez.— No había pensado en esa posibilidad. Su expresión, adquirió una seriedad que era extraña y casi anti natural en ella. La pelea apenas había durado unos minutos, y sus atacantes no habían dicho una sola palabra, ataviados de negro completamente, incluso pensó que tenían alas y podían volar, pero pronto se dio cuenta de que solo eran demasiado rápidos.

—Supongamos que no soy especial y que no solo deseaban aniquilarme a mi, aunque... de haberlo querido, lo habrían hecho.— Frunció el ceño ligeramente. —En vez de matarme me clavaron en una cruz como si fuese el Hijo Unigénito... ¿Saben que "Él" ha abandonado a sus celestiales?—Tenía que hablar con Gabriel al respecto, si las cosas eran de ese modo, era un problema que les concernía a todos. —Hay demasiados ángeles en la Tierra, Az. Gabriel me lo dijo, el Cielo está ahora casi vacío.
Azrael1581217 · 31-35, F
No estaba de acuerdo, seguir en el mundo humano solamente volvería más lenta su recuperación pero Azrael no estaba dispuesta a obligarla. — Que ironía...todo el tiempo espere la oportunidad para llevarte de vuelta al infierno, ahora respeto tu decisión. Me he vuelto demasiado blanda. — suspiró pesadamente tomando firme de la cintura a su hermana para servir como un punto de apoyo. — Entonces al Club será...— dió un par de pasos con cuidado, asegurándose de que Lucifer pudiera avanzar sin demasiado problema. — Debemos poner sobre aviso a los demás, no sabemos si eres la única a la que buscaban. —
—No.— Se soltó de ella, de forma tan brusca que la debilidad de su cuerpo le hizo trastabillar, pero permaneció de pie. ¿Hace cuantos siglos había sido la última vez que se había sentido de ese modo?... —Si vuelvo a pisar el infierno no será la única que lo sabrá. Además... Maze ya no está ahí. La traje conmigo.— Aunque era verdad que ahí sanaria más rápido, no tenía intenciones de poner en riesgo lo que hasta ahora había construido. Trató de soportar, pero no lo consiguió, volvió a apoyarse en ese pequeño cuerpo que ahora contenía al Angel de la Muerte. —Solo... vamos al club, Az. No hay herida que no sea más llevadera con un poco de alcohol.

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