— Así es, he decidido continuar cuando, incluso hoy en día, se me presenta la oportunidad de renunciar —con la misma calma él musitó, luego cerró los ojos por unos instante, solo unos segundos para luego mostrar una expresión más cálida, amable— ¿Puedo preguntar por usted? ¿Se encuentra cómoda dónde se encuentra?

Ahora es cuando no sabe si escuchar tales palabras deberían preocuparle o no, sonaban tan tranquilas que hasta lograban hacer sentir esa confusión a la carnero, aunque si para él eso está bien, no habría porque dudar. — Supongo, cada quien elige dónde hacer su vida y cómo llevarla. —

— Con tantos años tratando con la mismas personas, es imposible que no tenga la respuesta. Alrededor de personas ahí me he criado y sin lugar a dudas moriré sin cambiar de entorno. No es algo malo, simplemente una certeza, así que no te preocupes.

— ¡Oh!, t-tampoco intente forzará mucho al pensarlo, tampoco es que se trate de forzarse a pensar sobre ello.. Solo pienso que tal vez puede ser que si tenga la respuesta.

— Lo pensaré, muchacha, procuraré meditarlo bien antes de dormir esta noche.

— He de creer que usted sabe muy en el fondo esa respuesta, solo piénselo bien.

— Tengo la... "suerte" de conocer personas así. Aún no sé cuál es mi preferencia, de estar obligado a elegir.

— Así es, por eso no me preocupo, tampoco es que generalice, porque se que hay quienes te demuestran hasta lo que no te esperas.

— Entiendo. Está bien, pudiendo ver eso tienes la solución a un sinfín de cuestiones.

— En el pasado me sucedió, frecuentemente puedo ver las intenciones de los otros mediante las acciones.