-Por un momento el silencio se apoderó de sus alrededores ante esa pregunta, no sabía si decirle o no decirle de su profesión pero por alguna extraña razón había notado que algo no estaba bien. La forma en la que se expresaba el más bajo sin duda asustaba para un pequeño niño quien llevaba unas ropas antiguas para la época, además de esa aura que generó algo incomodidad en el muchacho. ¿Estaba frente a un yokai o algo por el estilo? Era evidente que si era ese el caso, no iba a ser tan estúpido en preguntar aquello pero no podía simplemente quedarse callado por mucho tiempo o sospecharía.-
¡Estás en lo correcto! Es parte de mi trabajo, sino no servirá de mucho para que me contraten. -Respondió con una ligera sonrisa, dispuesto a erguirse cuando el menor le rechazó su ayuda, sin embargo ese tacto sobre su mejilla le llamó demasiado la atención, al punto de no saber si acceder o no, pero al tratarse de la zona comercial no podía negarse si había dinero en medio.- [...]
A diferencia del chico el tenia un atuendo de colegial japones de hace unos 60 años aunque podria confundirse con otro sexo servidor, sólo que tenia un notorio sello en la mejilla de su lado izquierdo de color negro con kanjis rojos.
— Are...—
Por su mente cruzo una de esas mujeres guarras de la pornografía que solía ser portada en las revistas pero esto era diferente y retorcido... ¿Un hombre?, Tsukasa no guardo comentario al respecto con un tono cruel.
— ¿Eres una zorra?... luces como una chica linda.—
Soltó una sonrisa, el chico lucía con una aura densa y maldosa pero su expresión de torció nuevamente.
— No no necesito tu ayuda por que eso significa que vas a tocar a mi hermano y sólo yo puedo tocarlo y poseerlo.—
Lo ultimo se eacucho amenzante y psicótico pero no era de menos, el idiota tenia una enfermiza obsesión con su gemelo.
Sin rodeos se acercó para acariciar su rostro de una forma peculiarmente sugestiva y «coqueta».
Si, te hablo a ti. -De a poco el muchacho fue acortando la distancia entre ambos, haciendo sonar notoriamente aquellos tacones que llevaba para trabajar, ya que, al fin y al cabo era el horario fuerte para quienes daban su cuerpo a cambio de dinero.-
Nunca te he visto por aquí. Dudo que tu hermano esté en la zona roja. ¿Quieres que te ayude a buscarlo? -Comentó en un tono amable, acompañado de una gentil sonrisa, mientras se agachó un poco para quedar a su altura.-
No, no soy un niño. Tengo veintidós, solo que estoy trabajando, no preguntes mucho al respecto. -Rió un tanto nervioso ya que efectivamente llevaba ropas juveniles y adorables para atraer a clientes morbosos.-
Se sorprendió realmente que el sujeto le viera, parpadeo dos veces con un rostro de extrañeza. — ¿Hablas de mi?— Auto señalandose con un rostro fingido de inocencia por desgracia el hombre mayor se había encontrado a Tsukasa. — ¡CLARO QUE SI TENGO UN HERMANO GEMELO!, ¡LO ESTOY BUSCANDO!— Comentó de forma hiperactiva y posesiva pero después de un rato de detallar su vestimenta extraña agregó.
¿Qué haces aqui niño? -Cuestionó el chico desde la distancia, sin duda las calles de Shibuya donde se hacían trabajos clandestinos no era un lugar para un mocoso.- ¿Eres hermano de alguien aquí?
