— A2 es como tener iniciales de androide 2.—

Arqueó su ceja y acortó distancia.

—Bien... Si ése es tu deber me vas a tener que cargar a un hospital ja ja.—

Agregó con cinismo.

Androide no es mi nombre, mi nombre es A2...

-Dijo en respuesta al desconocido frente a ella mientras se conserva muy Tranquila.-

El dinero no me interesa, sólo me acerqué al verter herido

Con su manga rasgada limpio su único ojo servible, era tuerto pero usualmente se ponía un ojo de vidrio o tenía un parche que cubría esa imperfección pero en la disputa perdió la prótesis por un golpe que provocó herida interna.

— Un android suena a tu nombre de estrella nocturna... Ha ...ha..—

Estado moribundo no dejaba de ser tan desagradable en sus comentarios, sólo asimiló que wra una mujer muy blanca como el detergente.

—A todo esto... ¿Qué busca?... Si quiere dinero ya se fue.—

No sentía confianza, su mente le pasa jugadas y está podría ser una pero para estar seguro llevo su mano al vientre de la dama y empezó a palpar, quería reafirmar su veracidad.

Soy una androide

-Comentó la Albina con mucha tranquilidad, el joven parecía que no creía en lo que ven sus ojos pese que ella estaba frente a él-

Soy real, no soy un sueño

Abrumado por lo que vió no lograba concebir la existencia de la mujer debido a que nunca había visto algo similar.
Retrocedió atónito.

—¿Máquina?...¿QUE ERES?—

Trató de recobrar la compostura pero sus lecciones no dejaba que se mantenga totalmente erguido.

— Parece algo que creó en mi mente ¡Ja!...—

Escupió a un lado un poco de la sangre que se acumuló en su boca pero no esbozar una sonrisa picarona.

-Aquella mujer tenía sólo un topo y un short corto todo las prendas negras, su cabello largo albino se mueve con el viento, tiene un lugar cerca de su labio inferior, se notan líneas en es cuerpo dando entender que no es humana, mientras lleva en su mano un sable-

Je, no debes ponerte así, no eres un máquina y por lo tanto no eres mi enemigo.

- Su espada desaparece en fragmentos de luz y reaparece como flotando en su espalda con un círculo alrededor-

Un largo conflicto lo dejo bastante mal, parte de la herida que tenía su ojo volvió a abrirse y pensó "mierda".
Se maldecía a si mismo tomando asiento en parte de un callejón, tal vez en una media hora se levantaría nuevamente para retirarse a casa.

—¿Huh?—

Escuchó una voz que hizo resurgir su paranoia y exclamó con fiereza.

—¡Que demonios quieres!, ¡Nuevamente quieres tus intestinos afuera!—

Entre abrió su único ojo servible, empuñando una navaja con la cual apunto a la mujer, la carencia de sentido de orientación lo hacía desvariar.

¿Estas bien?