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LsK1573361 · M
—Por vez primera dejó que hablara sin interrupción. Tragó en seco e intentó no desesperarse, estar cerca de ella era garantía de eso.— Es nuestro. —Aclaró con voz controlada, dijo que no quería que agregara algo más, pero tuvo esa necesidad apremiante de hacerse partícipe.—
Mira... Sé que te gusta mucho la ciudad, después de todo vives ahí, pero... —Rascó su cabeza.— Déjame mostrarte otro sitio. Hay mucho sol como necesitas, es tranquilo como buscas y bueno, hay plantas y animales y... Y esas cosas, la tierra siempre comparte sus bondades. —Él estaba más acostumbrado a la vida salvaje nocturna, pero conocía muy bien los bosques, no le fue difícil imaginar un sitio en donde pudieran "anidar".
Le siguió los pasos, despacio y sin cortar distancia.— Si no te gusta... Nos separaremos entonces.
Mira... Sé que te gusta mucho la ciudad, después de todo vives ahí, pero... —Rascó su cabeza.— Déjame mostrarte otro sitio. Hay mucho sol como necesitas, es tranquilo como buscas y bueno, hay plantas y animales y... Y esas cosas, la tierra siempre comparte sus bondades. —Él estaba más acostumbrado a la vida salvaje nocturna, pero conocía muy bien los bosques, no le fue difícil imaginar un sitio en donde pudieran "anidar".
Le siguió los pasos, despacio y sin cortar distancia.— Si no te gusta... Nos separaremos entonces.
LotusGothsky · 22-25, F
[...] más espacio y poder salir de la habitación.
LotusGothsky · 22-25, F
«¡vete!» resonó tan fuerte en su cabeza que la hizo dar un pequeño saltó en la mecedora terminando por despertarla. Mantuvo la vista clavada en un peluche de oso en la contra esquina de la habitación, pensaba en cómo había terminado ahí. En una casa en la que realmente no era bien recibida, se sentía tan fuera de lugar, tan... Rechazada. Una carga. Y una vez más escuchó su voz proveniente de la puerta, no quería voltear a verlo, el corazón se le hacía tan pequeño que sí no fuera porque se controlaba muy bien estallaria en llanto.
— ¿Qué pasa...? — Dijo en voz suave mientras con algo de trabajo se levantaba de aquella mecedora. — Ya me voy si es lo que vienes a preguntar. Tengo el departamento listo, una enfermera y el camión de mudanzas vendrá mañana por los peluches y... Todo eso que odias. Y por favor no digas nada, ya no quiero discutir. Necesito mi espacio, para mí y mi bebé y tú necesitas... Lo tuyo. — Sujeto la manija de la puerta y la jaló para abrir más espacio y pode
— ¿Qué pasa...? — Dijo en voz suave mientras con algo de trabajo se levantaba de aquella mecedora. — Ya me voy si es lo que vienes a preguntar. Tengo el departamento listo, una enfermera y el camión de mudanzas vendrá mañana por los peluches y... Todo eso que odias. Y por favor no digas nada, ya no quiero discutir. Necesito mi espacio, para mí y mi bebé y tú necesitas... Lo tuyo. — Sujeto la manija de la puerta y la jaló para abrir más espacio y pode
LsK1573361 · M
. . . —Al escucharla, estaba a punto de entrar y gritarle que se largara, que si tanto lo odiaba se fuera lejos de él, pero su mano se quedó prensada en el picaporte y no lo giró, estático, solo temblaba por contener la ira.
Se fue refunfuñando hasta la sala, pero tropezó con uno de esos malditos peluches gigantes que Nath compraba en compulsión y arremetió contra él. Lo aventó hacia el otro lado de la habitación y luego se transformó en un perro, corrió hacia el juguete y lo mordió, pero se detuvo otra vez... Si lo destruía la haría sentir mal, y ya no quería más peleas.
Aguardó, echado en el suelo, hasta que ambos estuvieran tranquilos. Con su oído agudo, escuchaba la mecedora y parecía la melodía que calmaba a las bestias, en cuanto dejó de oírla, entró a la habitación para toparse con una imagen curiosa: el sol entraba radiante por la ventana y ella parecía una pintura impresionista, con tonos azules y amarillos, casi surreal.— Hey... —como siempre, arruinando momentos magico
Se fue refunfuñando hasta la sala, pero tropezó con uno de esos malditos peluches gigantes que Nath compraba en compulsión y arremetió contra él. Lo aventó hacia el otro lado de la habitación y luego se transformó en un perro, corrió hacia el juguete y lo mordió, pero se detuvo otra vez... Si lo destruía la haría sentir mal, y ya no quería más peleas.
Aguardó, echado en el suelo, hasta que ambos estuvieran tranquilos. Con su oído agudo, escuchaba la mecedora y parecía la melodía que calmaba a las bestias, en cuanto dejó de oírla, entró a la habitación para toparse con una imagen curiosa: el sol entraba radiante por la ventana y ella parecía una pintura impresionista, con tonos azules y amarillos, casi surreal.— Hey... —como siempre, arruinando momentos magico
LotusGothsky · 22-25, F
Sus mejillas se inflaron de aire lleno de palabrotas que no quiso dejar salir, así que sin más lo miró con odio - seguramente su padre estaría orgulloso - y azotó la puerta del cuarto del futuro bebé.
— ¡Ahhh! ¡Odio a tu padre, lo odio! Me... Vuelve loca. — Dijo en voz alta mientras tocaba su vientre. Caminó hasta la mecedora que estaba cerca de la ventana. Gracias al cielo había dejado que ella decorara esa habitación, era el único espacio que sí tenia luz. Así que sin más comenzó a mecerse para calmar toda la ira qué tenía dentro, sabia que no le haría bien al bebé.
Un punto a favor de Nathalie es que solía controlarse tan bien que no tardó en relajarse por completo y de hecho comenzar a quedarse dormida.
— ¡Ahhh! ¡Odio a tu padre, lo odio! Me... Vuelve loca. — Dijo en voz alta mientras tocaba su vientre. Caminó hasta la mecedora que estaba cerca de la ventana. Gracias al cielo había dejado que ella decorara esa habitación, era el único espacio que sí tenia luz. Así que sin más comenzó a mecerse para calmar toda la ira qué tenía dentro, sabia que no le haría bien al bebé.
Un punto a favor de Nathalie es que solía controlarse tan bien que no tardó en relajarse por completo y de hecho comenzar a quedarse dormida.
LsK1573361 · M
Necesito paciencia... —Frotó el puente de su nariz como si así pudiera contener la ira, pero es que ella lo sacaba de quicio muy fácil.—
¿Estar yo a salvo? —Una risa irónica.— Apenas y puedes levantarte sola de la cama. ¡Pero anda, vete si quieres! Por una maldita vez intento ser amable contigo y a todo le pones queja.
—La verdad estaba consciente que su casa no era el mejor sitio para estar, era como un refrigerador, hermético y solitario, ella parecía más un cascabel, o una flor, porque necesitaba luz para vivir y a él le hacía daño el sol. Así de opuestos eran.—
¿Estar yo a salvo? —Una risa irónica.— Apenas y puedes levantarte sola de la cama. ¡Pero anda, vete si quieres! Por una maldita vez intento ser amable contigo y a todo le pones queja.
—La verdad estaba consciente que su casa no era el mejor sitio para estar, era como un refrigerador, hermético y solitario, ella parecía más un cascabel, o una flor, porque necesitaba luz para vivir y a él le hacía daño el sol. Así de opuestos eran.—
LotusGothsky · 22-25, F
¿Así que sólo es para ahorrarte dramas? — Oh, ahora le daban ganas de armar uno y muy grande. — ¡Estás loco si crees que me quedaré aquí con esos términos!
No era tanto por llevarle la contraria, es que realmente no quería quedarse. Sus familias seguían siendo polos opuestos y ella no se sentía nada cómoda en aquel lugar... Tan frío. — Tú estarás a salvo, sabemos que sí algo le pasa a "eso" será mi culpa y de nadie más.
No solía ser dramática pero ahora le salía natural llevar las cosas a extremos, quizá era el embarazo, pero de una u otra forma debía irse de ahí.
No era tanto por llevarle la contraria, es que realmente no quería quedarse. Sus familias seguían siendo polos opuestos y ella no se sentía nada cómoda en aquel lugar... Tan frío. — Tú estarás a salvo, sabemos que sí algo le pasa a "eso" será mi culpa y de nadie más.
No solía ser dramática pero ahora le salía natural llevar las cosas a extremos, quizá era el embarazo, pero de una u otra forma debía irse de ahí.
LsK1573361 · M
Dije "asunto terminado", ¿no oyes? —No creyó que lo fuera a interrumpir en su habitación, era el único sitio donde se había sentido seguro de ella, pero la puerta ya no era un escudo fiable.
Alzó la ceja en cuanto se fue, ¿entró hecha una furia y con la misma se iba? Era tan cambiante que ya se lo atribuía al embarazo.— ¡Se toca antes de entrar! —Gritó tomando una playera cualquiera, ni si quiera revisó si estaba limpia. Abrió la puerta y le siguió los pasos.— "Asunto terminado", ¿si sabes qué significa, no? Vas a vivir aquí ahora, eso... —No tenía mejor manera de llamarlo.— Es... Es asunto nuestro. Si te caes y algo le pasa nunca vas a dejarme en paz con el cargo de consciencia.
Alzó la ceja en cuanto se fue, ¿entró hecha una furia y con la misma se iba? Era tan cambiante que ya se lo atribuía al embarazo.— ¡Se toca antes de entrar! —Gritó tomando una playera cualquiera, ni si quiera revisó si estaba limpia. Abrió la puerta y le siguió los pasos.— "Asunto terminado", ¿si sabes qué significa, no? Vas a vivir aquí ahora, eso... —No tenía mejor manera de llamarlo.— Es... Es asunto nuestro. Si te caes y algo le pasa nunca vas a dejarme en paz con el cargo de consciencia.
LotusGothsky · 22-25, F
— Todavía tenemos cosas qué hablar. — Dijo entrando a la habitación notando la falta de camisa, claro que lo iba a notar, sólo ciega ese detalle pasaría por alto, con lo que no contaba era con que esa escena le trajera a la mente aquella escena de la que ambos recordaban poco.
— Ajá, pero lo hablamos cuando te termines de vestir. — Tomó la manija de la puerta y casi corriendo salió de ahí.
— Ajá, pero lo hablamos cuando te termines de vestir. — Tomó la manija de la puerta y casi corriendo salió de ahí.
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