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ʟᴊᴏ́sғʀᴇʏᴊᴀ ✶⊶ ᴠᴀɴɪʀ / ᴇʟᴠᴇ ⋆*ʜᴀʟғ﹣ɢᴏᴅ⋆*
About Me
About Me
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[center][med]≼ L Ý S A ≽[/med]
[med]ᛚ ᚣ ᛊ ᚨ[/med]
[b][c=#e1d120]ʟᴀᴅʏ ᴏғ ʟɪɢʜᴛ[/c][/b]
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[center] [c=#BFBF60][u]╰──────╮.✦.╭──────╯[/u][/c]
[i][code]"Believing in even the possibility of a happy ending is a very powerful thing."[/code][/i]
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[b][c=#e1d65f]━━ ✧ Rᴇᴀʟ Nᴀᴍᴇ:[/c][/b] ℒý[u]sᴀɴɴᴀ[/u] ℱ[u]ʀᴇʏʀsᴅᴏ́ᴛᴛɪʀ[/u]
Desde la antiquísima lengua nórdica, se le fue dado dos nombres. Originalmente llamada como [b]Várða[/b] “la primavera”, por su padre Freyr, mientras el nombre de [b]ℒýsa[/b], cuyo significado es “Amanecer”, en honor al amanecer del día más brillante cuando nació, le fue dado por su madre y la estirpe de los elfos de luz.

[b][c=#e1d65f]━━ ✧ Lɪɴᴇᴀɢᴇ:[/c][/b] ᴠᴀɴɪʀ ﹠ ᴇʟᴠᴇs ﹙ʜᴀʟғ﹣ɢᴏᴅ﹚

[b][c=#e1d65f]━━ ✧ Bᴏʀɴ:[/c][/b] ᴀᴘʀɪʟ 25
[b]Edad Antigua[/b], durante las primeras civilizaciones dotadas con la escritura.

[b][c=#e1d65f]━━ ✧ Tɪᴛʟᴇ [s]:[/c][/b] [b]ʟᴊᴏ́sғʀᴇʏᴊᴀ[/b], ʟᴀᴅʏ ᴏғ ʟɪɢʜᴛ
Indistintivamente también se le conoce como [b]ᴛʜᴇ ʟᴀᴅʏ ᴏғ ᴀ́ʟғʜᴇɪᴍʀ[/b], [b]ᴛʜᴇ ᴘʀɪɴᴄᴇss ᴏғ ᴛʜᴇ ʟɪɢʜᴛ ᴇʟᴠᴇs[/b], o [b]ᴛʜᴇ ʟᴀᴅʏ ᴏғ ᴛʜᴇ ᴡᴏᴏᴅ[/b]. En la íntima sociedad de los elfos de la luz, es referida simplemente como [b]ʟᴀᴅʏ ᴠᴀ́ʀðᴀ[/b], o [b]ᴛʜᴇ ʟᴀᴅʏ[/b].

[b][c=#e1d65f]━━ ✧ Lɪᴠᴇʟɪʜᴏᴏᴅ:[/c][/b] ᴅᴀᴍᴀ ﹠ ᴅɪ́sɪʀ ᴅᴇ ʟᴏs ᴇʟғᴏs

[b][c=#e1d65f]━━ ✧ Hᴏᴍᴇ ﹠ Rᴇᴀʟᴍ:[/c][/b] [b]ᴀ́ʟғʜᴇɪᴍʀ[/b], ᴛɪᴇʀʀᴀ ᴅᴇ ᴇʟғᴏs



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[b][c=#e1d65f]━━ ✧ Pᴇʀsᴏɴᴀʟɪᴅᴀᴅ:[/c][/b]
La hermosura en su aspecto, reflejaba a su vez hermosura en su ser. Noble de corazón y trato característico de su alta alcurnia, bondadosa con los animales, tanto como amante de todas las cosas que crecen en la tierra. Cortés, justa, cordial, de agradable gracia, y a veces impulsiva, de enfoque a los días futuros para no verles sumergidos en las sombras de la oscuridad.

Su mayor deleite es la magia élfica, y los bellos jardines donde reposa sus descalzos pies en la hierba, donde sus esperanzas y sueños le embargan el corazón. La diosa Freyja solía alentar sus fantasías, y frecuentemente le desvelaba sus vivencias en relatos.

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Con el don de percibir los sentimientos de los demás, es compasiva, de espíritu cálido, leal, digna, aunque obstinada y apasionada en la persecución de lo que cree correcto, sin embargo, llegando a comportarse con la ingenuidad de una mujer poco versada en el exterior, pues Freyr le guardó con recelo en tierras élficas, y rara vez se le veía fuera de su región.

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[c=#50a8a8] ˑ ֗ ⋆ ˑ ✧ ࣪ ִ ۫ ּ ⍣ • ۪ ⊹ ˑ ִ ⋆ ⋆ • ⋆ ۫ ˑ ֗ ⋆ ˑ * ✧ ࣪ ִ ۫ ּ ✧ ⋆ ۪ ⊹[/c]
[i][b]Cuando el mundo aún era joven...[/b][/i]
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[c=#e1d120]ℒ[/c]ýsa nació en Álfheimr; hogar de los elfos, durante los antiguos días antes de que comenzara la Era del hombre nórdico en el viejo árbol, Yggdrasill.

En los poemas eddicos, alguna vez conocido en los anales de la historia como 'La balada de Grímnir', Grímnismál, se ensalza a la estirpe élfica de la luz, como los más hermosos que el sol mismo, hábiles de manos y sabios de mentes, hallando en sus verdes tierras la paz dichosa, con esfuerzo y amor, hasta que la gloria propia les abrazó en su cénit.

Vivían en hermosos parajes, llenos de pájaros y flores de colores vibrantes, rodeados por el mármol con el que labraron sus edificaciones, altas torres construyeron que se elevaban como pináculos resplandecientes, las esbeltas balaustradas, y el frescor que recibían desde los hilos de agua en las cascadas y las fuentes, y sin duda, un extenso valle a su alrededor donde creían las más fragantes hierbas, muy altas y verdes, con sauces antiquísimos provistos de magia, y animales de toda clase. Álfheimr era un sueño idílico de ver, un sueño envidiado por dioses, pues solo en visiones podrías contemplar algo de tal asombro.

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Pero los Dökkálfar, elfos tan oscuros como la brea y con quienes rivalizaron durante largas edades, poseían sus propios dones; eran majestuosos en artesanía y orfebrería, pues el cobijo de la tierra era su hogar. Crearon joyas que los dioses codiciaron.

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[i][b][c=#e1d120]Ljóskviða[/b][/c], la canción de la luz.[/i]
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Y así los ljósálfar, elfos de luz, pese a que vivían en el sitio más fascinante que se pudiese concebir, se consagraron a Freyr, rimando prodigiosamente palabras encantadas, para ser bendecidos con lo más hermoso que jamás haya habitado, y que jamás volvería a hacerlo.

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Hasta que los bosques y las aguas despertaron y respondieron. Hubo un claro de luz de estrellas con sombras reluciente y brillantes rayos de luna donde el dios Máni, parecía haber escuchado también las plegarias, luego seguido de un creciente amanecer que no volvería a verse… hasta aquel día.

Amarïe, quien sentía un gran amor por el dios Freyr, halló que las hebras de su destino se habían entretejido con los de él, y en el cortejo de aquel día, halló la fertilidad en su vientre.



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[b][c=#e1d65f]━━ ✧ Nᴀᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏ:[/c][/b]
Y entonces, el día llegó, luego de un largo invierno que duró hasta el noveno mes. Una primavera repentina se soltó, flores élficas brotaron a pies de los elfos provistos de luz, las alondras se levantaron, y la hierba volvió a relucir, incluso más de lo que hubo relucido antes. El glorioso sol se levantó, los prados y los centelleantes jardines, rebosantes de flores, trajeron su fragancia boscosa.

Y así, la más hermosa criatura terrena, más hermosa de lo que cualquier lengua pudiese decir, nació. Vino al mundo Ljósfreyja, Lýsanna, la única hija de Freyr, dios del buen tiempo y las buenas cosechas, y de Amarïe, elfa de la casta de los ljósálfar. Flores blancas como lirios y mágicas orquídeas se adelantaron en saludarla, como si estrellas emergiesen de la tierra del elfo.

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[b][c=#e1d65f]━━ ✧ Pʀɪᴍᴇʀᴏs ᴀɴ̃ᴏs:[/c][/b]
[b][c=#8fb0b0]⍣ Juventud y Apariencia:[/c][/b] Y creció deprisa, floreció tan espléndida tanto en belleza como en nobleza, que recibió elogios en las alegrías vertidas en los cantares y la poseía. Es una mujer de incomparable belleza y gracia, sus lustrosos cabellos inundados en luz, tan ricos y radiantes que se decía que los rayos que arrojaba el dios sól se enredaban en ellos, eran una maravilla sin par, tocados por la plata de su madre.

Su fina y pálida tez, era tan suave como luminosa, y su melódica voz, dulce, encantadora pero poderosa, se decía que podía causar que el invierno cesase, y las flores brotasen.

La luz de las estrellas estaba en sus ojos brillantes, claro y verdes como el berilo más puro antes de ser esmeralda. De humilde mirada que llena la vida misma, apaciguan el alma, dotan al corazón de fortaleza y guían al destino.

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[code][i]"Para [c=#e1d120]Freyr[/c], su hija era más bella que todos los Hijos del Mundo."[/i][/code]
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[c=#8fb0b0][b]⍣ Paso por las Valkyrjas y relación con Freyja:[/b][/c] Los dioses Vanir y los elfos de la luz han conservado una estrecha relación desde épocas añosas, y con ello tanto Freyr como su hermana, Freyja, eran los más cercanos y venerados. Freyja y sus dos hijas, Hnoss y Gersemi, solían frecuentar Álfheimr por la inmensa belleza de la región. Un día, descubrieron que el jabalí Hildisvíni, viejo amigo de las diosas, solía explorar libremente los prados y bosques, porque adoraba la compañía de la elfa Lýsa. Óttar era el hombre que se convertía en aquel jabalí, y siendo siempre compasivo con Freyja, extendió esa misma devoción a la elfa.

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Desde entonces, Lýsa recibió el afecto de la diosa y de sus hijas, un apego que se consideraba maternal. En respuesta, la elfa Lýsa le obsequió a los dos enormes gatos que tiraban del carro de la diosa.

Freyja, a diferencia de su hermano, consideraba que su sobrina debía experimentar más allá del mundo de los elfos. Le consideraba como una orquídea que aún debía florecer. De esta manera, durante un periodo fue adoptaba por las Valkyrjas.

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[code][i]Aquí, se le conoció como [c=#e1d120]Álfdís[/c], la dísir de los elfos.[/i][/code]
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Sin embargo, su estadía fue tortuosa, su cálido espíritu sirvió para apaciguar el sufrimiento de los caídos y revigorizar sus almas, pero en ello vio desgracias, muertes, las guerras y sus devastaciones, de una guerra que duraría años innumerables, que no solo terminaría en vida, sino también en muerte. Pues antes del fin, serían convocados a pelear una vez más a favor de los Ásios en el Ragnarök. Ella podía percibir la tristeza, leer los corazones de sentimientos vedados al resto, y veía la desolación como lo que realmente era: ruina e infelicidad.

Tan fuerte, resplandeciente y alegre era su espíritu, que pese a que las vivencias le daban sabiduría y madurez, percibir ese dolor le ensombrecía el profundamente corazón. Sus emociones afloraban, y aunque a los espíritus calmaba, a ella no le ofrecían más que tristeza.

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Su obstinación porque las cosas pudiesen ser a mejor, le llevó a no creer en el Einherjar, el guerrero que peleará después de su muerte en los eventos del fin de los días. Insistía en que debían guardar reposo imperecedero después de una vida de sufrimiento, que merecían algo más que Fólkvangr, los prados de Freyja, o el Valhalla, Salón de los caídos. Que merecían ir al segundo reino celestial de Andlàngr. Pero sus palabras no fueron escuchadas, ya que así debía ser.

Freyja entendió que la naturaleza compasiva de Lýsa, era un don en ella, pese a las muchas discusiones habidas. Tanto Freyr, como su hermana, no permitirían que compartiera el trágico destino que acaecía, pese a ser una dísir igual a las demás Valkyrjas. Y así, durante los eventos del Ragnarök, fue confinada en Álfheimr y se le prohibió abandonar Tierras élficas hasta que la guerra hubiese culminado con lo que ya estaba predestinado.

De regreso en su tierra natal, Lýsa finalmente comenzó a aprender sobre los mundos en general, y sus culturas. Interesándose en el, tanto en diversidad como en historia y sus ojos se vieron tocados por una sabiduría que se apreciaba en ellos.

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