—Era de esperarse, tomaré toda la culpa al no poder adelantarme a estos hechos y permitir que ese asesino llegara hasta donde ti.

—El emperador se notaba preocupado, aunque sólo se tratara de una cortada, pudo ser algo aún peor, solo veía las piezas rotas del torzo del asesino con cierto rencor, así que no tardaría en mandar a llamar a alguien que recogiera las piezas y limpiará el suelo—

—Fundan esa estatua y háganme una corona y una lanza... Llamen al doctor y díganle que venga a revisar a mi esposa de forma inmediata.

—Sonaba algo enojado al hablarle a su sirvientes, trataba de controlarse pero no podía lograrlo del todo —

— Aunque permanecía quieta se alistaba para atacar en cualquier momento, aunque el ardor de la herida en su cuello le incomodaba un poco, pero jamás se espero que su esposo haría presencia justo a tiempo, así que no se movió, cuando todo terminó solo pudo mirarlo a los ojos.

— Solo es un corte — Dijo calmada a la vez que alzaba su mano hacia la herida tocando la misma con cuidado, no estaba asustada al parecer sus enemigos sabían de su estado.

— Al parecer el rumor de que estuve debil y que aún no me recuperó a recorrido lejos de Skaden...

—Lleno de ira dio una fuerte golpe por la espalda del atacante de su esposa, atravesando lo por completo, sus ojos brillaban con color dorado e intenso, su mano oscurecida y llena de grietas doradas comienzan a inyectar su maldición sobre el atacante volviendo lo una estatua de oro al instante—

—Enserio... Quiere ver mi furia arder ¿verdad?

—Al decir esto no tardaría en mover su mano nuevamente hacia un lado partiendo a la mirada la estatua que al caer se rompe en varios pedasos quedando solo la parte inferior del asesino de pie—

—Amor ¿ estas bien?

-Preguntó mientras se acercaba a su esposa, se notaba su preocupación y su sentimiento de incompetencia al dejar de que alguien llegase hasta ella—