— Cuando la pregunta de este se dejó escuchar no dudo en dejar ir un suspiro, pero asintió con su cabeza como respuesta solo pudo intentar acomodarse en la cama pero era imposible apretó sus labios un tanto, se sentía cada vez peor.

— Me siento cansada... —

— Murmuró adormilada, sintiendo como sus párpados se cerraban lentamente, su cuerpo había llegado a su límite y ella lo sabía, los días grises en Skaden se harían presente al igual que la lluvia, el médico y las mucamas pudieron podrían descansar por un tiempo hasta que la emperatriz despertará.

—Con la mano que tenía libre comenzó acariciar su rostro con suavidad, limpiando el sudor que cubría su piel debido a la fiebre tan alta que tenía, le miró a los ojos y trató de sonreír —

—Amor, shhh solo no hables ¿Si? Cuando mejores podremos hablar todo lo que quieras.

—Se podia notar preocupación en el rostro de su amada, ella también debía sentirse igual que él, al verle vomitar sangre de ese color tan peculiar le hizo preocupar mucho, la última vez que vio que vómito de ese color fue aquella vez en que su amada revirtió el daño que tenía en sus brazos, esa vez en que uso el poder de aquel demonio, fue ahí donde se dio cuenta de la preocupación de ella—

—Amor ¿Usaste el poder de tu demonio?

—Preguntó mientras las enfermeras y el doctor limpiaban la sangre y sudor de ella —

— Mmmh.... Duele — Murmuró apenas, su cuerpo ardía por completo, no se sentía nada bien y sabía que incluso era como si algo la desgarrara por dentro, fue cuando se cuerpo se giro por completo dejando que de su boca brotara sangre nuevamente, pero esta vez de un color negro provocando impacto en el médico que yacía junto a la cama, Loveless apretó sus manos contra el colchón sin ser capaz de moverse.

— Para.... para.... — Rogó apenas, era como si hablara con alguien pero nadie más que ellos dos estaban en la habitación alzó la mirada hacia los ojos de su esposo mirándole con cierto nerviosismo, si le decía la verdad ¿Cómo reaccionaría? Ya había usado los poderes del demonio para liberar a este de la maldición antes de que fueran pareja.

— Mmh....

—Aún seguía tomando su mano mientras su esposa era remojada por los paños de agua fría y aunque fuese poco podía sentir como la fiebre en ella comenzaba a descender—

-Pronto estarás con nosotros otra vez, lo sé mi amor, eres la mujer más fuerte que he conocido y se que jamás te irías así por así.

—Dijo el emperador antes de que el doctor comenzará hablar sobre el curetaje que deberían hacerle para poder sacar a su bebé muerto del interior de su esposa pero al igual que el doctor sabía muy bien que retirarlo ahora sería muy peligroso y si demoraban demaciado la vida de ella también podría correr peligro —

—Deme al menos 3 días y buscaré la forma en la que podamos extraer el cadáver de mi pequeño sin poner en riesgo la salud de mi esposa.

— Parecía a ver perdido la consciencia por unos cuantos minutos, yacía con los ojos cerrados pero podía sentir la frialdad de aquellos paños, un hilo de sangre se asomo por uno de los orificios de su nariz, Loveless se removió inquieta en aquella cama sosteniendo su vientre con fuerza el mismo dolía más de lo que ella podría imaginar.

— El demonio en su interior parecía comenzar a provocar estragos, pero parecía que no era así, tal vez, solo tal vez se había encariñado con la mujer que había hecho un trato años atrás, estaba prohibido pero apaciguaría el dolor y la fiebre con lentitud pero también había tomado una decisión, le devolvería lo perdido.

— Mi señor, aun no hemos podido hacer una limpieza por la perdida, el bebé aún no se desprende pero mientras no caiga por si solo, no podemos iniciar una limpieza... Más con lo débil que esta nuestra emperatriz — Declaro el médico sintiéndose de brazos cruzados, el bebé podría comenzar a descomponerse dentro de ella.

—Podía sentir como la fiebre parecía querer consumir a su esposa, miró al doctor imperial y este con tan sólo verle a los ojos entendió que quería el emperador así que rápidamente fue a buscar algo para poder contrarrestar la fiebre —

—No fallaste cariño ¿Si? Luego podremos hablar pero por ahora por favor guarda tus energías.

—Coloco una mano sobre el vientre de su amada y con tristeza lo acaricia, podía notar que incluso ella se sentía culpable por todo lo que estaba pasando y en el seguía aumentando su impotencia, prometió cuidarla y protegerla pero ya le había fallado, resguardo este pensamiento para sí mismo a sabiendas de que ella podría negar este hecho, no tardó en llegar el doctor con baldes de agua fría y paños todo para tratar de bajar su fiebre, mientras que el emperador seguía arrodillado a un costado de la cama —

— Le escuchaba con suma atención a sus palabras, aún no lograba entender el porque su culpaba, el tenía una misión y cumplió con ella ¿No es así? Ella negó con su cabeza para después apoyar su mano sobre la mejilla de este.

— No te culpes... Hiciste tu trabajo ¿No es así? — Volvió a toser un par de veces, el aire parecía faltar por lo cual comenzaba a preguntarse que seria de ella, aquel demonio en su interior parecía sentirse satisfecho de que en algún momento podría poseer aquel cuerpo.

— Jamás pensé que sufriríamos una invasión, yo solo cumplí con mi deber.... Adriel.... Yo lo siento... no pude protegerlo — Una lágrima deslizo por su mejilla, al fin podía llorar la perdida de su bebé, su mano se poso sobre su vientre vació, la fiebre no bajaba y eso causo que el aire faltara un poco más.

—Rápidamente de acercó a ella y tomó sus manos entre las de él y respondió a la pregunta de su amada, aunque el ambiente era desolador escucharla hablar era suficiente para él —

—Eso ya no importa... Nunca debió importar.

—De alguna manera recordar aquel viaje le hacía sentir aún peor, la culpa lo invadía y simplemente no pudo controlar las lágrimas de arrepentimiento que comenzaron a brotar sin parar de sus ojos, apoyo su frente sobre su mano y comenzó a disculparse —

—Perdón, nunca debí dejarte sola, debí quedarme aquí y protegerte a ti y a nuestro pequeño pero les falle... Yo fui egoísta y te deje sola.

—Se sincero el dragón, su deseo por querer ser un buen emperador para el reino termino por darle una desgracia que supera mucho todo lo bueno que sacó de ese viaje —

—Perdoname... Loveless.

— El médico imperial bajo la mirada un tanto, pero ya habían hecho todo lo posible, no sabía si podrían hacer más, solo quedaba esperar a que ella mejorara pero nadie sabía que ella estaba en aquel estado por pedir ayuda al ser que guardaba en su interior.

— Adriel.... — Murmuró apenas al sentir a su esposo cerca de ella, se suponía que el debía estar de viaje que no tenía una fecha de regreso, tocio un poco y no pudo evitar dejar que su cuerpo se pusiera de costado y dejar la sangre caer en una especie de balde junto a la cama, intentó limpiarse con el dorso de su mano.

— ¿Qué haces aquí? ¿Tú viaje? — Preguntó apenas a la vez que se acomodaba en la cama, su cuerpo sudaba por completo podía notar las sombras en su cuarto era como si la muerte la rodeara.

—De sus brazos comenzaron a salir unas especies de espinas doradas que traspasaban su piel y lo hacían sangrar, en su rostro el enojo era notable, todos los presenten no sabían cómo reaccionar ante el enojo del emperador —

—¿Mi bebé?

—Cuando emprendió su viaje no sabía de esto y la rabia lo estaba consumiendo, todas estas emociones sólo le hacían culparse así mismo por lo que había pasado, lentamente comenzó a caminar hacia la cama donde estaba su esposa, mientras en su espalda también aparecieron púas de oro—

—Amor... Perdoname...

—El dragon se disculpo, si hubiera estado esto no habría pasado, sintió que su viaje en parte no valió de nada y le había salido demaciado caro ser tan despreocupado y confiar de más en su esposa, aun conteniendo su rabia le habló al médico ahora más calmado y dijo —

—Por favor dígame que tenemos que hacer para poder ayudar a mi esposa... Me duele lo de nuestro hijo pero ya no podemos hacer nada... Ahora solo por favor salven a mi mujer.