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LotusGothsky · 18-21, F
Sabía que estaba siendo amable con ella, probablemente ya llevaba un rato en el lugar, pero no le hablaría más del tema porque de hecho sí le había dado cierta tranquilidad.
Colocó sus antebrazos uno sobre otro encima de la mesa y se acercó un poco para susurrarle como si de un secreto se tratara.
— La más nueva es que... Estoy embarazada, no sé si lo sabías.
Bromeó, su pancita ya notable no dejaba duda de aquella información y es que realmente aquella noticia se había vuelto conocida para todo el círculo cercano a Nath. Pero como era de esperarse aquello era el hecho más relevante e importante en la vida de ella, no tenía muchos deseos de hablar de otra cosa.
— Tienes razón, hace muchísimo que no nos vemos, han pasado tantas cosas... No sabría ni por dónde comenzar, pero por suerte todo esta bien ahora, las náuseas y mareos por suerte están terminando pero los antojos, amiga, ¡los antojos son lo peor!
Soltó entre una risita divertida.
Colocó sus antebrazos uno sobre otro encima de la mesa y se acercó un poco para susurrarle como si de un secreto se tratara.
— La más nueva es que... Estoy embarazada, no sé si lo sabías.
Bromeó, su pancita ya notable no dejaba duda de aquella información y es que realmente aquella noticia se había vuelto conocida para todo el círculo cercano a Nath. Pero como era de esperarse aquello era el hecho más relevante e importante en la vida de ella, no tenía muchos deseos de hablar de otra cosa.
— Tienes razón, hace muchísimo que no nos vemos, han pasado tantas cosas... No sabría ni por dónde comenzar, pero por suerte todo esta bien ahora, las náuseas y mareos por suerte están terminando pero los antojos, amiga, ¡los antojos son lo peor!
Soltó entre una risita divertida.
Moonique · 26-30, F
Moon tenía el hábito de llegar siempre diez minutos antes; le ayudaba mucho más cuando iba a un restaurante o a una cafetería, pues era preferible ir y encontrar un asiento ideal antes de que llegara la compañía. Ese día no era excepción, y mientras esperaba por Nathalie, se distraía en su teléfono, viendo fotos de sus amistades de la universidad en las redes sociales. Todos parecían tener familias y se veían tan felices, ¿ella se estaba quedando atrás?
Sus pensamientos fueron interrumpidos por la campana, pudiendo visualizar a Nathalie. Rapidamente se puso de pie para saludarla de un beso y un abrazo cuidadoso, dándole la bienvenida con una sonrisa.
—Oh, no te preocupes. Yo acabo de llegar. —hizo un gesto con la mano, quitándole importancia a la situación. Apoyó su codo en la mesa y el mentón en su mano. — Te ves radiante, ¿cómo te has sentido? Hace mucho no te veía. Ponme al día, por favor.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por la campana, pudiendo visualizar a Nathalie. Rapidamente se puso de pie para saludarla de un beso y un abrazo cuidadoso, dándole la bienvenida con una sonrisa.
—Oh, no te preocupes. Yo acabo de llegar. —hizo un gesto con la mano, quitándole importancia a la situación. Apoyó su codo en la mesa y el mentón en su mano. — Te ves radiante, ¿cómo te has sentido? Hace mucho no te veía. Ponme al día, por favor.
LotusGothsky · 18-21, F
¡Vaya nueva costumbre qué le estaba dando el embarazo! Llegar tarde a todos lados se estaba volviendo su don. Es que su caminar se había hecho más lento y ni hablar de lo mucho que tardaba en elegir su atuendo del día.
En esta ocasión solo esperaba que Moon no la odiara por la notable falta de puntualidad.
La campana del restaurante sonó en cuanto Nathalie entró empujando esa puerta de cristal, con la mirada recorrió el lugar buscando a su amiga de ojos claros y sin demora la ubicó. Caminó hacia ella al paso más veloz que pudo y una vez a su lado se inclinó para saludarla con un beso en la mejilla.
— ¡Moon! Primero que nada estás bellísima. Segundo... Lamento la tardanza.
Tomó asiento frente a ella y con un ademán de mano llamó al mesero.
En esta ocasión solo esperaba que Moon no la odiara por la notable falta de puntualidad.
La campana del restaurante sonó en cuanto Nathalie entró empujando esa puerta de cristal, con la mirada recorrió el lugar buscando a su amiga de ojos claros y sin demora la ubicó. Caminó hacia ella al paso más veloz que pudo y una vez a su lado se inclinó para saludarla con un beso en la mejilla.
— ¡Moon! Primero que nada estás bellísima. Segundo... Lamento la tardanza.
Tomó asiento frente a ella y con un ademán de mano llamó al mesero.
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