Toma su taza de café dando un sorbito mientras se gira suavemente hacia su pequeña Ali. Pestañea un par de veces sin entender el porqué de su seriedad, jamás la había visto así. — Claro, dime... — Comenzaba a preocuparse hasta que escuchó aquella pregunta. — ¡Ahh!... Qué diga, ¡ouhh! — Sonaba más culpable aquello. (?) — Es que... Recién me entero yo también, fue apenitas, en serio. — Presionó sus labios, quería reír. — Pero... ¡Vas a ser tía y yo mamá! ¡Vamos, hay que alegrarnos!