26-30, F
Psicóticamente sexual.
About Me About Me NotesThe Whiteboard is a place where people can send Gestures, Attributes, Images, Comments, and much more...
This page is a permanent link to the comment below. See all comments »
TomoeTheFox · M
El zorro al estar en lo que podría tomarse como su gran territorio, dejaba el equipaje que había conseguido en el mundo infernal, justamente en la entrada del templo, más luego, abría el mismo, sacando las piezas de madera especial y diversos elementos anti espíritus, primero guardó la madera en la parte trasera del templo, que fungía como almacén de diversos objetos.
Una vez ahí, miró diversas cajas, la nostalgia surgió, varios recuerdos en el que había servido a su maestro por 500 años, algo poco para deidad y demonios, pero aún así estrechó gran amistad y afecto con aquél ser , así se distrajo un momento que comenzó a ver varias cajas antiguas.
En una de ellas, encontró unas tablillas de quien sabe cuanta antigüedad a pesar de todo, su apariencia era buena, parecía que el tiempo no le había afectado, solo por el polvo, en cada tablilla, había una palabra escrita, fortuna, amor, salud, protección, palabras como esas, por lo que se notaba que eran antiguos talismanes mágicos, al parecer de la misma madera que él había comprado, por lo que colocó la madera cerca de esa caja, como futura referencia a esos talismanes, los papeles por igual los acomodaba en diversos estantes, y el tan solo ver el vestuario y diversos objetos de ceremonias y festivales, le hacía recordar hace mucho tiempo, en la era feudal de Japón, las diversas masacres que cometía, hasta encontrarse con el sujeto conocido como Mikage, el cuál le ayudó bastante en aquella época.
Más el tanto recordar, le hacía ponerse melancólico, por lo que salió del "almacén" una vez acomodadas las cosas y se dirigía con una botella del sake, tomada del mismo almacén, hacía el portón del templo, le había faltado algo, por lo que se adentró en el templo donde buscaba su pequeña sakazuki.
Al no dar con aquél objeto, llamó a los dos guardianes reales del templo, los conocidos niños de fuego, Kotetsu y Onikiri , dos pequeños yokais con apariencias de infantes, pero con mascaras extrañas en sus rostros, ambos calvos y con yukatas parecidas a las del zorro plateado, estos al escuchar la voz del zorro, aparecieron al instante y dijeron.
-Kotetsu:¿ Que pasa.. Tomoe
-Onikiri: Sama, que necesita?
La particularidad de ellos, era completar sus frases mutuamente, más el zorro simplemente se había acostumbrado a ello, con lo que dijo con total familiaridad.
No saben donde se encuentra mi sakazuki.. la necesito!
Todo estos eventos, evitaban que aquél zorro platinado, se percatase de los pasos de aquella entidad que se acercaba, el estar distraído, reducía su enorme alcance sensitivo, en más de 80%, de por sí, su poder era menor a la mitad, por lo que solo constaba con un 25% de sus habilidades a comparación de hace 2000 años.
Una vez ahí, miró diversas cajas, la nostalgia surgió, varios recuerdos en el que había servido a su maestro por 500 años, algo poco para deidad y demonios, pero aún así estrechó gran amistad y afecto con aquél ser , así se distrajo un momento que comenzó a ver varias cajas antiguas.
En una de ellas, encontró unas tablillas de quien sabe cuanta antigüedad a pesar de todo, su apariencia era buena, parecía que el tiempo no le había afectado, solo por el polvo, en cada tablilla, había una palabra escrita, fortuna, amor, salud, protección, palabras como esas, por lo que se notaba que eran antiguos talismanes mágicos, al parecer de la misma madera que él había comprado, por lo que colocó la madera cerca de esa caja, como futura referencia a esos talismanes, los papeles por igual los acomodaba en diversos estantes, y el tan solo ver el vestuario y diversos objetos de ceremonias y festivales, le hacía recordar hace mucho tiempo, en la era feudal de Japón, las diversas masacres que cometía, hasta encontrarse con el sujeto conocido como Mikage, el cuál le ayudó bastante en aquella época.
Más el tanto recordar, le hacía ponerse melancólico, por lo que salió del "almacén" una vez acomodadas las cosas y se dirigía con una botella del sake, tomada del mismo almacén, hacía el portón del templo, le había faltado algo, por lo que se adentró en el templo donde buscaba su pequeña sakazuki.
Al no dar con aquél objeto, llamó a los dos guardianes reales del templo, los conocidos niños de fuego, Kotetsu y Onikiri , dos pequeños yokais con apariencias de infantes, pero con mascaras extrañas en sus rostros, ambos calvos y con yukatas parecidas a las del zorro plateado, estos al escuchar la voz del zorro, aparecieron al instante y dijeron.
-Kotetsu:¿ Que pasa.. Tomoe
-Onikiri: Sama, que necesita?
La particularidad de ellos, era completar sus frases mutuamente, más el zorro simplemente se había acostumbrado a ello, con lo que dijo con total familiaridad.
No saben donde se encuentra mi sakazuki.. la necesito!
Todo estos eventos, evitaban que aquél zorro platinado, se percatase de los pasos de aquella entidad que se acercaba, el estar distraído, reducía su enorme alcance sensitivo, en más de 80%, de por sí, su poder era menor a la mitad, por lo que solo constaba con un 25% de sus habilidades a comparación de hace 2000 años.