LorraineKnight

El rizado seguía en silencio y expectante, incluso cuando Lorraine se acerco hacia ellos. Edgar sonriente correspondió a su saludo –Me atrevo a decir que es demasiada coincidencia. –Mikael quien no le perdía la vista a la pelirroja de una manera excesivamente serena comentó- Las coincidencias no existe, si no lo inevitable. –Caminó hacia la ventana distrayéndose. El Rey se cubrió la boca y pareció ahogarse en una risilla que oculto tremendamente. Luego negó con la cabeza- Discúlpelo Srta. Lorraine, no tiene buenos modales. –El otro se volvió a ellos- ¿Modales? –Dio varios pasos para llegar más cerca a los dos- No tengo porque tener modales ante nadie. Y menos ante extraños. –Cruzó sus brazos, parecía un niño en el apogeo de un berrinche, sin embargo Edgar no perdió su acostumbrada calma. Haciendo una mueca se justifico ante Lorraine- Srta. Lorraine verá… -El rizado frenó la oración- ¿Señorita? ¿Por qué le dices Señorita? Ella te dice Edgar, no te dice Rey, ni Mi señor, ni Alteza, siquiera Profesor. Dale honor a tu puesto. –El rizado no dejaba de fulminar con la mirada a la pelirroja y Edgar empezaba a perder la paciencia con Mikael- Mmmm…-suspiró- Él es Mikael, es casi mi hermano. Perdónalo. Es impulsivo y extremista. Un dolor de cabeza con un clavo en la pierna. –Carcajeó, el rizado parecía no tener en ese instante sentido del humor- ¿Y ella qué es? ¿Por qué debes justificarte a El-Loro? –Edgar frunció su ceño para repetir un poco aturdido- ¿El-Loro? –Mikael replicó- Si, ella como sea. –Edgar volvió a carcajear tapándose el rostro- Santo Dios…