-No prestó atención absoluta a la mujer, más cuando esta le explicaba cosas que sabía a la perfección y bastante erróneas desde su punto de vista, más a sabiendas que no tenía ni idea de con quien estaba tratando. A simple vista el pelirrojo podía parecer un idiota, inmaduro y bastante molesto, pero era una clara pantalla para tapar su verdadero ser. Su mirada de momento se quedó fija en la figura femenina, más cuando llamó su atención y le entregó un USB, el cual no tardó en arrojar lejos como si se tratase de basura.- Shibuya es mi territorio. -Sentenció en seco, con un ligero semblante serio, bastante peculiar y llamativo debido a presentarse como el chiquillo alegre. Por su parte, retomó su mirada en el albino y luego negó.- No es asi, Daddy. Te lo explicaré cuando no hayan metidos en medio.