-Al ver al señor adulto solo dijo las palabras que decían en la festividad.- ¡Dulce o truco! -Notando que este le dio dulces, se alegró por recibir un par en su canasta vacia y agradecido, hizo una reverencia.- Gracias señor. ¿Ahora a donde vamos?
- Habría de salir un joven hombre mayor de cabellos vamos, con una cubeta con caramelos, todos de sabor fresa, los recibió con una sonrisa y depositó en la bolsa del menor- Vive un viejo general, amigo mío, el brujo debe estar oculto. - afirmó mientras sonreía a su viejo camarada-! Gracias, Andrei
-Vio los alrededores hasta que divisó la casa que el mayor le había dicho, a lo cual asintió con la cabeza y fue hacia esta. Al llegar tocó timbre y esperó.- ¿Vive alguien conocido? ¿Quizás el brujo? ¿Podemos dejarle popo de perro en la puerta?
- Sujetó su mano de forma firme, pero sin lastimarlo, mientras caminaba guiando al menor por las residencias del vecindario, señaló con los ojos una casa de fachada azul claro - ¿Qué te parece si empezamos por esa casa?
-Entrelazó sus dedos con los ajenos y de inmediato emprendió la caminata hacia fuera de la casa con el mayor jalando de su mano mientras en su otra, sostenía una canasta de calabaza.- Veamos... ¿Dónde empezamos?
- No pudo evitar reír ante la falta de modestia del menor, aunque eso era parte de su encanto, asintió y lo tomó de la mano- Eso es verdad, te ves bien con cualquier atuendo, vamos es hora de salir a recolectar dulces
