¡No espera! ¡No me dejes! ¡Todos me abandonan! -Exclamó dramático para luego lanzarse contra él con la intención de detenerle. Necesitaba aprobar y por el momento, él era el único capaz de ayudarle o al menos el único que conocía sobre desiertos.- ¡Ayúdame y haré todo lo que quieras!
¿Ira divina? ¡Eso es un cuento chino! ¡Lo único que existe en esta vida, es el karma! Y no lo digo yo, lo dice la ciencia. -Efectivamente, era un idiota, tan así que ni siquiera entendió del porque el enojo de su contrario, solo se limitó a verle con una expresión desafiante, sumamente convencido de sus nulos conocimientos.-
¡El único Dios del Sol es Ra! ¡Olvídate de ese farsante o la ira divina caerá sobre ti, ingrato! -Se alteró notoriamente, incluso exhalaba molesto, con respiraciones pesadas que remarcaban aún más su enojo.-
¡¿Eeeeeeehh?! Pero si en mi escuela me dijeron que el Dios del Sol es Apollonius. -Contentó con total seguridad, tal así que no tenía idea que los nombres de los Dioses cambiaban según la mitología y país de origen.- No se si creerte.
-Fue asintiendo con su cabeza repetidas veces al escuchar al hombre. Claramente no tenía ni idea de lo que hablaba, a diferencia de su otra mitad, él no tenía conocimientos sobre casi nada, era un adolescente más que necesitaba aprobar el año, por lo cual la simple mención del "el gran Ra" lo sacó de onda, frunció el ceño con confusión y no tardó en manifestar su pregunta.- ¿De quien?
