¡No lo están! -Chilló con vergüenza y desvío la mirada, aún oculto con la pizarra. En un intento por escapar, se tiró de costado para caer, claramente eso pasó, cayó se costado y recostado boca abajo, a lo cual en un paso rápido se reincorporó y se levantó dandole la espalda para prepararse a huir.-

- Sus ojos permanecieron contemplando las mejillas ajenas, notando que el sonrojo se hacía más fuerte y eso hacía la situación más divertida- Ahora están más rojas y me dan ganas de moder esos cachetes, parecen unas manzanas.

¡Ah! Entonces trabajas en una especie de élite... ya lo entiendo todo. -La nueva cercanía fue algo que no se lo esperó y menos aquel beso. Fueron sus palabras las que generaron que sus mejillas se enrojecieran más, obligando a ocultar su rostro con timidez tras la pizarra.- Etto... ¿G-gracias?

Hago misiones de paz y algunas clasificadas, de las últimas evidentemente no te podré dar mucha información. - Se acercó nuevamente y besó su mejilla- lucen lindas cuando te sonrojas

-Cerró instintivamente sus párpados nuevamente ante la cercanía y el tacto ajeno, generando que sus mejillas se ruboricen sutilmente. Seguido a ello, volvió a verle.- Ahm... no tendría problema aunque siempre me pregunté en que clase de trabajo estás metido. Sé que eres un soldado pero... ¿Estás en servicio? ¿O estás retirado?

- Terminó por besar la frente del menor y tomó una corta distancia, pensando en las cuentas que podía tener pendientes- Creo que puedes ayudarme a no quedar mal en materia de impuestos, así que no solo harás las cuentas de la casa y mis pagos, también serás algo así como mi contador ¿Te parece?

-Sonrió ampliamente por aquel cariño en sus cabellos al mismo tiempo que cerró sus párpados unos instantes. Seguido a ello le vió y asintió con la cabeza.- ¿Tienes muchas otras cosas para que haga cuentas? Puedo hacerlo rápido. Estoy acostumbrado a esto, así que dime que hacer y lo haré.

¡Claro que sí! No debes tener dudas de eso, me has ayudado muchísimo en este tiempo. - alborotó los cabellos del menor y sonrió agradecido con sus palabras- perfecto, así podré ocuparme de mis asuntos sin mayores inquietudes. Y cada mes, será tu tarea revisar todas mis cuentas, personales y de la casa.

¿Lo soy? -Se sintió muy alegre por aquellas palabras, por primera vez en mucho tiempo se sentía a gusto y útil con lo que hacía.- Me encargaré de que nadie te estafe. Ya terminé esto. ¿Necesitas que haga otras cuentas para el próximo mes?

En realidad ya eres útil, pero ¿Sabes? Yo jamás presto atención a las finanzas, así que me vendría bien tu ayuda, serás el encargado de verificar que no me estén haciendo fraudes financieros