-Una exhalación que imitaba a un suspiro salió de él, comunicando que tal deseo era recíproco. Fuera como fuera, se mantuvo constantemente alerta, notando "artefactos" la mar de sorprendentes por el camino. Pese a su forma, era evidente que veía cada cosa a su al rededor con incredulidad, más cuando este sitio le recordaba tanto a Hyrule. Aún más familiar le serían los lugares a los que se aproximaba con su compañía-

-No tardó en percibir de camino cosas enterradas, entre muchas de esas algunas rupias bajo el suelo. Por alguna razón esa manía no la había perdido para nada. No obstante no tenía donde almacenar dinero, por lo que probablemente era una pérdida. Mas sin embargo le sirvió para reafirmar su hipótesis inicial: esto era Hyrule-

-La zora caminaba tranquilamente, no había ningún enemigo a la vista, el lugar estaba limpio, gracias a los guardianes todos hacían un excelente trabajo, además el lugar donde entrenaba con Ruta era completamente limpio para ellos dos sin intrusos que perturbaran su entrenamiento.

El camino fue muy tranquilo, pero tener al lobo tras de ella le recordó a Link y Zelda, su amigo siempre tras ella protegiéndole las espaldas, era raro como de inmediato la comparación con su amigo le recordó un lobo, negó apartando esos pensamientos y dirigió su vista a él.-

Es raro ver a un lobo sin su manada. Ojala hablaras seria mas fácil ayudarte así.

-Si algo no terminaba de dominar sus instintos o su nueva fisiología era su apetito y su sentido del gusto. El lobo recibió tranquilamente la seta, consumiéndola de la misma manera que lo haría con cualquier otro alimento.-

-Si bien no estaba completamente repuesto, siguió enérgicamente a la chica zora de manera enérgica y con una férrea disposición a cuidarle las espaldas, cual perro guardian. Pues era la primera persona que, como mínimo, no le atacaba. Muy para su infortunio, este Hyrule no estaba lleno de gente tan indefensa-

-Pregunto con una ligera sonrisa en sus labios, no sabia que solían comer los lobos, pero seguro algo cazaría con la ayuda de su tridente. Se puso en pie y nuevamente acaricio con suavidad la cabeza de el contrario para separarse un poco y buscar alguna fruta o seta entre los arboles, sin ninguna suerte.-



-Menciono encontrando una seta rauda al pie de un árbol, se inclino a tomarla y la acerco al hocico del lobo, esperaba que la comiera, por lo menos eso ayudaría un poco.-

-El lobo por fin tuvo la oportunidad de asentir con la cabeza, dejando de facto que podía entenderle sin problemas, y todo sin abandonar la mirada fija que ya tenía sobre esta extraña chica zora-

-Volteó a ver el lugar donde antes había una herida, e inmediatamente movió su cola de manera involuntaria, pues el incómodo dolor que le impedía andar ahora había desaparecido-

-El lobo parecía estar tranquilo sin intenciones de atacar, retiro su mano de la cabeza para posar ambas manos estiradas en la zona de sus heridas, sus amarillas orbes se fijaban en la daga y tan solo cerro los ojos.-


-Menciono por con una tímida sonrisa y de la palma de sus manos salio una luz azul que envolvió toda la herida de él, sin siquiera tocar la daga esta salio con sumo cuidado, despacio para no lastimar mas la zona en la que yacía enterrada, posteriormente las heridas se fueron cerrando y la sangre desapareciendo, una vez que la herida habia sanado la luz de sus manos desapareció.-



-Era claro que el lobo no la entendería, pero esperaba que con su poder de sanación él siguiera su camino.-

-Las caricias fueron capaces de apaciguar cualquier duda. Se sentó frente a ella tan buenamente como pudo, tolerando como podía sus heridas. Al carecer de la capacidad de hablar, no le quedaba más que ese gesto para demostrar que confiaba en ella-

-Así como ella podía notar algo inusual en su mirada, él tampoco pudo notar verla con curiosidad. No sólo era su parecido con los zora lo más llamativo, su actitud y conductas no pasaron desapercibidas para el lobo, que ahora la observaba con curiosidad, intentando parecer lo suficientemente dócil, teniendo cuidado a todo momento de no exaltarse o realizar algún gesto incómodo o que pudiera parecer amenazante.-

-Lo que temía estaba frente a ella, el lobo estaba herido, no le sorprendio pues seguro se cruzo con un cazador, no era la primera vez que presenciaba eso, inclusive su amigo Link llego a cazar en sus viajes para alimentarse, los Hyrule acostumbraban a comer de todo lo que la naturaleza le brindaba. Observo como el contrario se acercaba con dificultad y cuando lo miro a los ojos se quedo prácticamente hipnotizada, era como si no fuera un animal quien la miraba, había algo extraño en él.-



-Se acerco con cuidado para no asustarlo y estiro la mano sin dejar de mirarlo a los ojos, era mejor que confiara en ella antes de mostrar sus poderes curativos, así que llevo su mano a la cabeza y comenzó a acariciarlo con suavidad, quería que tuviera confianza, sabia que no la atacaría lo veía en sus ojos.

-Habiendo comprobado sus intenciones, pudo acercarse sin mayor reparo, denotando gentileza en la mirada de aquel ser, que le recordaba bastante a los zora, aunque no se pareciera a los que él conocía.-


-Aún en su bestial forma pudo dirigir una mirada centrada y casi humana a ella. Se acercó con total calma y firmeza, mostrando así un comportamiento inusual para una criatura como la que él era ahora.-

-Sus pasos se vieron ligeramente frustrados por leves heridas que poseía en la parte izquierda de su cuerpo, destacando una llaga en su abdomen, que parecía causada por un corte-

-El sonido del ladrido le saco de su ensimismamiento y dirigió sus orbes amarillas hacia el lugar de donde provenía, era un lobo pero no pensaba en atacar o por lo menos eso pensaba, saldría del agua con cautela no quería alterarlo ni que se viera amenazado inclusive cuando toco tierra se inclino dejando el tridente de escamas en el suelo y coloco las manos en los costados para indicar que estaba en paz.-





-Dio un par de pasos hacia donde estaba él, no quería hacer movimientos bruscos, no quería asustarlo, no parecía tener la intención de atacarla, tal vez estaba herido. Llevo sus manos entrelazadas a la altura de su pecho y con una sonrisa tímida se detuvo a un par de metros.-