- Si, Link. -Navi se sentó sobre esa suave palma mientras abraza sus propias piernas flexionadas. Miraría al astro celestial iluminar el manto nocturno repleto de estrellas, algunas fugaces y otras más brillantes a comparación de las demás. Soltaría un leve bostezo aunque se mantenía en alerta por el muchacho, bien sabía que no iba a confiar en los lares por muy tranquilos y bellos que se tornen.-

Entiendo -Estiró sus brazos y se recostó en el lugar más cómodo que halló al rededor de ese lugar, quedando su escudo como el espaldar más cómodo que tenía-
Eres ligera... -Sonríe ante el gesto, y cierra sus ojos, preparándose para descansar. No sin antes darle un espacio en el dorso de su mano-
Avísame con un tintineo cualquier cosa que suceda.

- Correcto. -Mencionó el hada posicionándose frente a la fina nariz del jovencito, propicionándose un beso e incluso deslumbrando con su tintineante brillo. Al igual que Link, Navi tenía intención de descansar, aunque por ése momento, ella montaría la primer guardia y dejar que el chico duerma junto con Epona.-

De acuerdo. -Estaba intrigado por Navi, pues hasta ahora notó que quizá podía percibir más de lo que él podría percibir nunca en su vida-
Navi, siempre noté que entre todas las hadas eras especial. No obstante creo que eso va más allá. ¿Eres capaz de sentir o percibir más cosas a nuestro al rededor? -Preguntó mientras acercaba a su yegua al lugar donde pretendía descansar-

-Navi siguió en todo momento al pequeño Link, siendo capaz de sentir la presencia de otros seres de diversos planos que se alojan en aquellos solitarios bosques, quizá porque la presencia de gente no es muy frecuente.- -Debes descansar Link, además mañana te espera un largo camino. -Revoloteó en círculo justamente en una ubicación cercana a las aguas del laguillo.-

-Eso último fue más que suficiente para convencerle, al fin y al cabo su sabia hada siempre lo había guiado y aconsejado en todo momento.-
Está bien. Entonces ¿deberíamos acampar por aquí cerca. No siento que hayan más lugares seguros, pero nos instalaremos donde tú lo creas conveniente, mi querida hada.

- Estoy segura, escucha lo que te digo, no lograrás ser un guerrero ejemplar si no prevees la situación. -Insistió aquella hada de voz dulce y en la necedad de proteger al rubio a toda costa.-

-un profundo suspiro salió de él- ¿Estás segura? Sé que hay criaturas allá afuera, no hace mucho tuve que enfrentarme a una sólo para llegar hasta acá.... -Reflexionó por unos instantes al respecto, ahora si tenía algo que perder, y aunque mi era a su hada casi inmortal, estaba claro que no deseaba que su reencuentro fuera algo tan efímero por una imprudencia- Haré caso por esta vez, pero puedes confiar en mis habilidades. He pasado por muchas cosas en estos tres años.