Se nota que no sabes de buena cocina, además ¿para qué es esa espada sino para cazar dragones? No te hagas el inocente, ellos también cazan mortales.
-Dejó las galletas reposar sobre su cabeza, aún no tenía la motivación de comerlas, ni removerlas de donde se encontraban, algo muy raro en Lina.- Piensas demasiado en catalogar a alguien contra o a favor, a veces simplemente tendrás hambre, te los comerás y ya.
Piel de dragon... -Una pequeña gota parecía caer por su sien.- De donde vengo pueden suceder dos cosas con los dragones. O son nuestros aliados, o son enemigos mortales de la humanidad y tú... Tú te los comes.
-Le dio un escalofrío, antes de negar con la cabeza unas cuantas veces para "sacudírselo", antes de pasar a colocar la bolsa de galletas sobre las hebras rojizas ajenas.-
-Acortó la distancia con unos cuantos pasos, en tanto parecía sacar de un pequeño estuche que traía a nivel de la cadera, una bolsita traslúcida, atada con un moño, dentro de la cual podrían verse algunas galletas apiladas que le extendía.-
Puedo imaginarme, brujita. Ten, estas son para ti.
-Respiró entre pausadamente, con cierto desgano.- . . . Estoy muy débil, no debes molestarme hoy. Hay días en que las hechiceras estamos especialmente sensibles y ni siquiera podemos hacer magia.