"Lily Evans. One of the brightest I ever taught. Vivacious, you know. Charming girl."
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SW-User
Hogwarts en las noches se transformaba casi en otra dimensión, aquel enorme castillo parecía dormir también, lo que eran aglomerados pasillos repletos del bullicio insoportable de los estudiantes, eran ahora silentes túneles penumbrosos, tan solo salpicados con la luz inquieta de algún candelabro, mientras todos se perdían en el mundo onírico, otros pocos, los más capacitados, se mantenían aún despiertos velando por la seguridad de sus inquilinos, Riddle era uno de estos elegidos, más no era su voluntad, no eso, mucho menos cuando escuchó de la boca del Cabecilla de Slytherin que tendría que patrullar con una gryffindor pues habían cambiado las parejas, y ahora el ravenclaw que había sido su compañero estaría junto a la hufflepuff.
¿Qué pretendía Dumbledore? Si Gryffindor y Slytherin eran casas rivales desde hacía centenares de años, ¿Creía que iba a acercarlas haciendo que sus prefectos patrullaran juntos? Eso obviamente era idea del vejestorio decrépito, ahora sentía más desprecio hacia él, lo sintió desde el momento en que lo vio en el orfanato y le descubrió todo lo que había robado.
Asintió saliendo de sus pensamientos, mostrando aquella máscara impenetrable de frialdad y serenidad hacia su superior, sin denotar un ápice de todo el asco que le revolvía el estómago en aquel momento, dio media vuelta y comenzó su largo trayecto por los pasillos, rumbo al punto de encuentro donde le había indicado el otro, la sala de estudio del cuarto piso, por lo visto esa noche patrullarían los alrededores de dicha zona. Como era de esperarse llegó antes de lo previsto, incluso si se trataba de pasar unas horas esa noche con un gryffindor, para él era imposible no ser perfeccionara, la falta de puntualidad era algo que aborrecía y como tal daba el ejemplo, incluso así demostraba que los Slytherins eran mejores.
Al no hallar a nadie aún, tomó asiento en uno de los bancos cercanos a la pared que se hallaban por todos los pasillos de Hogwarts, fijando su mirada sobre varios cuadros que en esos momentos también estaban dormidos, en el fondo, impaciente por la incertidumbre de no saber quién sería su acompañante, ¿Un sangre sucia asqueroso, o un sangre pura? Al menos sangre pura sería más soportable, mientras no se pareciera al cuatro ojos.
¿Qué pretendía Dumbledore? Si Gryffindor y Slytherin eran casas rivales desde hacía centenares de años, ¿Creía que iba a acercarlas haciendo que sus prefectos patrullaran juntos? Eso obviamente era idea del vejestorio decrépito, ahora sentía más desprecio hacia él, lo sintió desde el momento en que lo vio en el orfanato y le descubrió todo lo que había robado.
Asintió saliendo de sus pensamientos, mostrando aquella máscara impenetrable de frialdad y serenidad hacia su superior, sin denotar un ápice de todo el asco que le revolvía el estómago en aquel momento, dio media vuelta y comenzó su largo trayecto por los pasillos, rumbo al punto de encuentro donde le había indicado el otro, la sala de estudio del cuarto piso, por lo visto esa noche patrullarían los alrededores de dicha zona. Como era de esperarse llegó antes de lo previsto, incluso si se trataba de pasar unas horas esa noche con un gryffindor, para él era imposible no ser perfeccionara, la falta de puntualidad era algo que aborrecía y como tal daba el ejemplo, incluso así demostraba que los Slytherins eran mejores.
Al no hallar a nadie aún, tomó asiento en uno de los bancos cercanos a la pared que se hallaban por todos los pasillos de Hogwarts, fijando su mirada sobre varios cuadros que en esos momentos también estaban dormidos, en el fondo, impaciente por la incertidumbre de no saber quién sería su acompañante, ¿Un sangre sucia asqueroso, o un sangre pura? Al menos sangre pura sería más soportable, mientras no se pareciera al cuatro ojos.