—¡Entendido!— Pegó un ágil salto para volver agitar las manos a manera de despedida y luego continuó con su camino mientras murmuraba. —Esto me servirá para el combate...
- Observó el comportamiento peculiar, y precavido que su visitante tenía. Desde la distancia que tomó, le advirtió de las virtudes de la paleta- Sí alguna vez necesitas recobrar energía, esa paleta te ayudará. - se despidió con un ademán y siguió su camino-
El pequeño yordle quedó estático sin saber como reaccionar cuando aquella mujer se le acercó, apenas vió que ella se descuidó tomó la paleta y corrió a una distancia prudente para analizar y olfatear el envoltorio, el dulce aroma a piña le dió la seguridad de que no se trataba de algo peligroso. —Ehm... ¡Muchas gracias!— Exclamó agitando sus manitas desde unos metros de distancia.
