La puerta del aula se abre y aparece en escena un hombre alto, de complexión delgada a simple vista. Vestía cómo un Rockstar, con un sofisticado saco negro, debajo una camisa de seda en color rojo, pantalón de tela lisa negro y un par de botas metaleras; de esas que llevan correas y todo eso.
— Hola, alumnos, es un placer conocerlos — saludó sonriendo. Había una silla justo entre la pizarra y el alumnado, dónde tomó asiento cruzándose de piernas. — Mi nombre es Lex Walker, y yo seré su profesor de música. Tengo conocimiento amplio de casi cualquier instrumento musical, entre clásicos
La primera clase había concluido y la próxima sería en un par de horas; tendría tiempo para desayunar algo
Entró a la cafetería, totalmente vacía, y tomó asiento en una de las mesas cercanas a la barra de la cocineta. Había una mujer ahí, de rechoncheta figura, se veía algo molesta; cómo si no disfrutara del trabajo, con un semblante lleno de pesadez. Lex le miraba de reojo y ella se percató.
— ¿Qué pasa, profesor, tengo harina en el rostro o es que quieres conseguir una esposa? — comentó la mujer con una sonrisa pícara en el rostro; para el hombre estaba claro que bromeaba.
— Es una propuesta encantadora, pero no tengo tiempo para pensar en el matrimonio todavía, He — respondió.
El hombre regresó la mirada hacia la mesa, subió el maletín, lo abrió, tomó un pequeño tupper y lo colocó sobre la mesa; era el desayuno.
Por la distancia entre ambos solo le saluda moviendo la mano como sonriendo leve, para después seguir caminando hacia el casino, aunque se detiene..— Me preguntó a dónde irá..
Justo había ido a entregar el reporte de su primer clase al director de la universidad. Se despidió y salió de la oficina. Ya fuera en el corredor, el hombre se acomodó el flequillo y por instinto viró su rostro hacia su izquierda, justo su mirada se encontró con la jovencita pelirroja que había sido tan atenta en clases. Le dedicó una sonrisa y caminó en dirección contraria hacia la cafetería del instituto.
La pelirroja solo se despidió junto a los demás compañeros, deseando que terminase el día para ir a verle a su oficina.
Y antes que comenzará la nueva clase, se apresuró en salir del salir ou informar al profesor de la nueva materia, carmille debía ir al casino de la escuela a buscar un termo que mantiene con agua tibia y así, poder tomarse una medicina. Para su suerte el baño para damas se encuentra próximo a la oficina de profesores quizás iba a poder a Lex aunque fuese de lejos.—
Con la tranquilidad y amabilidad que había demostrado desde el inicio, el muchacho continuó con la clase, principalmente enfocado en las presentaciones para tener una idea de cómo serán sus alumnos.
Después de unos minutos más, la campana anunció el final de la clase.
— Bueno, jóvenes. Les agradezco por haber prestado atención. Mañana continuaremos, por favor, traigan el instrumento que les gustaría aprender a tocar y un cuaderno pautado. Sin más por el momento — se levantó de la silla, tomó su maletín —. Me despido. Hasta mañana — les dedicó una sonrisa amable mientras se dirigía a la puerta de salida. Se cruzó por un costado del profesor que estaba detrás de la puerta, esperando a que él saliera primero.
— Buen día — saludó al profesor y salir del aula, dirigiéndose a la cafetería para esperar el pasar de las horas para una próxima clase.
- Después de esa mirada como de sus palabras, se avergonzó completamente que tuvo que bajar la mirada evitando que la viera con mejillas sonrojadas teniendo una encantadora sonrisa, alegre por saber que le apoya en su pensamiento.
Quizás le iba costar poner atención en la clase, solo va a esperar que no le vuelva a mirar de la misma forma. Carmille suspira para calmarse y solo esperar que la clase iniciara o dejarle que diese otra información al salón que ya muchos dejaban de estar ''tranquilos.'' -
Sorprendido por las palabras de la chica, el joven profesor, de larga cabellera, pálida piel y mirada penetrante, sonrió una vez más. Su blanca dentadura cautivaba más de una mirada, pues sus labios rojos se notaban aún más coloridos.
─ Creo que tiene toda la razón, señorita Thompson. No tenga miedo de compartirnos sus pensamientos. En este aula de clases no se viene a criticar los gustos musicales de las personas, solo a compartirlos y aprender. También hay bandas de música gótica que me gustan. Quizás más tarde podría enseñarle algunas piezas y me dice si los conoce ─ le guiñó el ojo. Esa sonrisa con coquetería, era dedicada enteramente a la muchachita.
Quiero que sepan que los goticos también tenemos buen gusto por la música !! — no dice nada contra las burlas de los demás, puesto que son conocidos como los oscuros y que solo escuchan satanismo.—
— ¿Qué es lo que deseas, señorita Thompson? — habita notado la forma cómo había pausado la oración, algo que llamó aún más la atención del hombre, quién se mostró particularmente atento.
Iba a responder inmediatamente aprovechando que se encontraba de pie, pero prefirió sentarse y dejar que los demás respondan primero, para no causar ningún mal entendido, lo que si no borraría la sonrisa encantadora de los labios. Cuando ya era la última en dar respuesta alza el brazo sin levantarse esta vez.—
—Me gusta la música por que, se puede decir muchas cosas en ellas , también por el ritmo de cada canción!! Y quiero...— se muerde el labio antes de proseguir..—
