a diez metros de altura en caída libre al piso.- -Gracias por todo, me habría gustado ser parte de la legión. -Suspiro resignada, aún con aquel acto de protección que manifiesta el azabache sargento. El dolor en el cuerpo de la niña por aquel impacto le hacían decir cosas incoherentes y bastante suicidas, prácticamente no estaba pensando con claridad, mientras sentía su sangre escurrir por su rostro y cuero cabelludo además de sus otras extremidades que sufrieron de aquel impacto contra los escombros, sólo pensó en su muerte, olvidándose de las maniobras que había aprendido en secreto dentro de la fortaleza de la legión.-