*Raphael presencia a sus cercanías la muerte y destrucción frente a sus azulados orbes, y no sólo eso, sino también del el fatal golpe que le propició al titán y el mismo que robó la atención de más titanes, quizá había sido una distracción para esos gigantescos seres que merodean por las espaciosas calles y edificaciones en busca de engullir más humanos sin abastecer su infinita hambre, sin embargo, Raphael estaría despreocupado ante esa situación.*
- Valla, ... los tiempos cambian y la forma de muerte también. Que lastimoso.
*Cerró sus orbes por unos segundos, y después, retomó en abrirlos observando el titan derrumbado contra una enorme edificación yaciendo aturdido y gravemente herido por el golpe. No obstante, la atención de Raphael fue interrumpida por una presencia adicional, la cual es sin duda, la llegada del Sargento Levi.*
*Serio, sereno y callado, viró su mirada por el rabillo de sus párpados observando ahora del recién llegado justo a unos metros de la ubicación de él, además de la lejanía del titan. Raphael no hablaría en lo más mínimo, y tampoco, tenía la intención de hacerlo, así mismo llevaría su mano dentro de su vestimenta sustrayendo de ésta una cajetilla, por consiguiente, un cigarrillo llevándolo a sus labios y prendiendo un poco de fuego mediante la ayuda de un fósforo.*
