¿Melody, un pez de los deseos?. Mi mejor amigo es un pez inmortal llamado Lu. -La ira que relaja su hombros y suspira un poco triste.- Estás en lo correcto, algunos mortales se dedican a capturar a tus hermanos marinos para comercializar con ellos, vendiendolos cómo alimento. Nosotros los que somos budistas, no comemos de ninguna clase de carne somos vegetarianos y respetamos a todos los seres sintientes. De nada, siempre te ayudare porque eres una Reina de buen corazón y aprecio tu amistad, tu amor hacia tu gente.

¿Un pez inmortal? ¿Cómo Melody? Oh no, ella es un pez de los deseos ~ -Sonríe por haberse confundido, entonces un poco más tranquila relaja sus hombros- No se lo que hacen, solo he visto cuando los sacan del agua, los escucho gritar, lloraba mientras veía tales actos pero no podía hacer nada, aunque los obligara no son ni una cuarta parte de los que comen a mis hermanos y hermanas marinos. Incluso las sirenas son pescadas aveces. Gracias por querer ayudarme, si que eres un Rey digno ~ aprecio su sabiduría

A pesar de nos conocemos hace poco, te estimo y aprecio tu amistad. A mí tambien, me encanta cómo es mi querida Reina Sirena... De hecho, mi mejor amigo es un pez inmortal, un Koi. Por esa misma razón, es doloroso ver cómo matan de manera cruel a todas esas vidas marinas, esas criaturas inocentes. Si te dijiera que hacen estos mortales con tus hermanos marinos, tu corazón no sería capaz de resistirlo. Nosotros los monjes respetamos la vida ante todo, toda vida por muy pequeña o málvada que sea es muy valiosa.

Y eso es lo que más deseo, su amistad, me encanta como es mi querido Rey Mono. Y pues sí, comen a nuestros amigos peces y demás, siento que son viles actos pero debo buscar manera de que haya un equilibrio de alguna forma, supongo que ya es su costumbre y me lastima

-Nota cómo cambio el iris de la gobernante, y sorprendido; responde al abrazo sin medida de la contraria. Su cuerpo es tan fuerte y resistente que no recibiría daño alguno.- De nada. ¿Cuantos días duraste atrapaste la última vez?. Siempre contarás con mi amistad, Lethania. Espero que algún día, ese Rey Dragón te revele su secreto, he sabido que muchas criaturas marinas perecen por estas malditas redes. Te ayudaré a salvar a todos tus hermanos marinos, este monje te ayudaré en tu ságrada misión de hallar la paz entre humanos y criaturas marinas.

-Ya estaba al borde del desespero, entonces, animada tras haber sido liberada su iris cambió ahora a un rosa brillante, entonces nadó animosa hacia el sabio y lo abrazo con fuerza sin medida- ¡Gracias! Las últimas veces me había quedado atrapada días y demás. Eres un gran amigo. Entonces ese Rey dragón debe decirme su secreto, muchos dicen que es que no respetan estos lares. No lo sé, solo quedo atrapada casi siempre

-Su hanfu y sotana roja se mecen por el movimiento del mar; mira los ojos de la Reina Sirena cómo reflejan su temor, su cola azota la masa brisa. Al ver que no se tranquila, toma con ambas manos esas redes que sujetan la mano derecha de la fémina y la corta co facilidad, hace lo mismo con la redes de la mano izquierda y termina cortan las últimas redes que tienen aprisonada la mano de la sirena.- Listo!. Ya estás libres, es extraño porque el reino de uno de los Reyes Dragones, los mortales no colocan estas redes.

-No dejaba de moverse desesperada por la situación, ojos de iris cambiante ahora lucían un color naranja intenso que mostraba su temor. Creaba fuertes hondas con los movimientos de su cola a pesar de no haber podido salir aún- No me calmo, ya es la tercera vez que quedo atrapada en estas redes

-El Monarca ataviado con el hábito de un monje budista, se acerca a su amiga acuática que esta atrapada en esas redes.- Lethania... Quedate tranquila, dejame ayudarte.