-Tomo su mano y Entrelazó sus dedos con los de él para salir de aquella sala de música e ir hasta donde pudiera comprarle un helado-

Leonard... -No sabía qué decir ante esa invitación. Pero tampoco quiso negarse. Asintió con la cabeza y, sonrojado, tomó de la mano del pelinegro.

-Se acercó y le limpio las lágrimas con la manga de su chaqueta-

Emm..te invito un helado...te lo debo por hacerte llorar...

- le ofreció su mano para llevarlo-

También eres muy especial para mí...Más de lo que crees. -Seca sus lágrimas con el dorso de su mano, riendo un poco.

No agradezcas...es obvio que no te odio, eso...eso ya deberías saberlo....

... -Deja de abrazarle y apoya sus manos sobre los hombros del pelinegro, sonriéndole y teniendo sus ojos un tanto humedecidos. -Porque aceptaste acompañarme hasta aquí, porque me permitiste descubrir tus talentos...Y porque no me odias. -Le responde, ampliando mucho más su sonrisa, notándose una genuina alegría nunca antes manifestada por él.

por que me agradeces??

... -En silencio, se puso de pie para quedarse frente a Leonard, mirándole a los ojos. Una chispa de esperanza y alivio se hizo presente en lo más profundo de su ser, por lo que no pudo evitar acercarse más a él y darle un fuerte y reconfortante abrazo. -Leonard...Gracias..

No te odio, por más entrometido que seas no te odio, pensé que eso era más que obvio, me molesta que insistas pero no te odio.

¡No hasta que me respondas! ¡Ahora! -Estalla con indignación, apretando sus puños. Su voz resonó en todo ese lugar haciendo eco, pero eso no le importó. -Si tanto me odias, entonces dímelo y te dejo en paz. Pero eso no cambiará lo que pienso sobre tí y tus talentos.