Me parece bien, vamos por pizza

¡Tenemos que celebrarlo! Quiero invitarte una pizza. ¿Qué dices?

-Correspondio a su abrazo con una sonrisa en los labios, de algún modo debía admitir que le gustaba ver a Kenny feliz-

¡Jajajaja! -No puede evitar soltar una carcajada, abrazándole- ¡Estoy feliz!

Lo somos...- Dije el otro con una pequeña sobra más que nada por el tono que había usado y como movía las cejas-

¡Lo sientoooo! -Exclama, avergonzado y también adolorido por el golpe en ambas frentes. Deja que Leonard le examine, para después verle a los ojos, sonrojado. -Así que...¿Somos como esposos ahora, no? -Le pregunta en tono coqueto, elevando y bajando las cejas con picardía.

-Aquel golpe le tomo por completo por sopresa por lo que se hizo para atrás para sobar donde se había golpeado-... Tan pronto deseas ya matarme...?

- se acercó a él para analizar los daños-
Vamos déjame ver...
-Paso su pulgar con suavidad sobre la zona-

Esta bien..nada que un poco de hielo no arregle..

... -Los ojos verdes del pelirosado se abrieron de par en par, de la misma manera que también sus mejillas se ruborizaban ante esa propuesta por parte de Leonard. No sabía que decir, se quedó con la boca entreabierta y sentía que su corazón se le saldría del pecho.

Mas sin embargo, se dibujaba en su rostro una muy amplia sonrisa de alegría, acercando el rostro de Leonard al suyo y llenando este de besos en toda su cara.

-¡Si! ¡Doblemente si! ¡Jajaja! ¡Auch! -Ante toda su euforia, chocó su frente contra la de Leonard con tanta fuerza, que sintió un agudo dolor en la zona afectada. -¡Duele!

-Detuvo lentamente aquel beso, sin hacer mayor distancia entre ambos de modo que su nariz quedará contra la de él, abrió los ojos y le miro un momento permaneciendo en silencio-
...he estado pensando en como decirte esto, sé que es obvio que me gustas pero...¿Quieres ser mi...novio, pareja...? Realmente no sé cómo decirlo...

... -Profundiza sus besos, acercando su nuca con su mano y haciendo que los besos entre ambos fueran cada vez más apasionados y constantes, ladeando de vez en vez su rostro, rozando su nariz con la del pelinegro.