[code] Las largas y felpudas orejas de la coneja blanca se meneaban con gracia con cada paso que daba, por lo general los herbívoros se reunían en pequeños grupos para protegerse entre ellos de los depredadores, pero Haru no tenía quien la cuidara y aunque era débil y pequeña tampoco era algo que sentía necesitar, siempre sola y apartada vagaba la frágil coneja, de arriba a abajo recorría los largos pasillos de la academia Cherryton, no le importaba quedarse hasta altas horas de la noche en el jardín que tan recelosamente cuidaba, era como su lugar seguro y el lugar en el que se sentía en completo control, acostarse con los machos de la academia le brindaban una extraña sensación de poder, era pequeña y débil, pero por lo menos como amante era como si ella tuviese todo el control sobre cualquiera, incluso sobre los más grandes.... [/code]
