-No se puso ningún tipo de cinturón, solo avanzó de mala gana. Era muy bruto al manejar, parecía que apenas había sacado su registro o algo así, o quizás ni eso tenía. Colocaba mal las luces y a veces fallaba en los camios, aún así no cambiaba su ceño fruncido y su malestar general ante la presencia ajena-
Da igual como les digas, no me importa. -Pareció concluir en esa idea, le daba igual, él no era nada de eso.- ¿Que hago allí? Golpeo a los que preguntan.
-E intentó reírse, pues había sido una de sus tan típicas bromas. Lo lógico es que se reirían ambos, pero seguro que solo Mako entendía su propia falta de humor- No puedo perder el tiempo en esas tonterías, todas tus preguntas las respondo con "no". Trabajo en el bosque de cuidador...¿Como sabías lo de la madera? ¿Te lo enseñaron en la universidad?
Al menos el lugar no era un asco completamente, era tolerable y habían cosas que se podían mejorar. Ella se acomodó en el asiento tras colocarse el cinturón de seguridad, estirando las piernas en el espacio disponible de su asiento.
—Sí lo soy, pero también soy tolerante. —mintió— Y no me estoy quejando, es un auto agradable, ¿dónde trabajas, en el bosque? ¿Qué haces allí? ¿Cortar madera o algo así? Y no sé qué ideas tienes de mí, pero no salgo con "playboys". Nadie utiliza ese término hoy en día... —y agregó, musitando— se les llama, "fuckboys".
Veía por la ventana, curiosa de sus alrededores, mientras sus dedos peinaban su cabellera casi grisácea. —No, soy estudiante. ¿Tú estudias? ¿Vas a la universidad? ¿Terminaste la secundaria?
Lo dije, chica. -Ni recordaba, pero la verdad es que le daba bastante igual, no era la primera vez que sus habilidades de comunicación resultaban pésimas. La van estaba limpia, solo había alguna que otra lata o botella llena, nada más. Mako era bastante ordenando, pero aún la camioneta era compartida. Se sentó, mientras encendía el auto con las llaves, se preparó para retroceder en el estacionamiento, el motor era muy ruidoso, como un dragón que gruñía constantemente-
Lo hago, pero no sabía que eras tan delicada, si vas a ir a beber conmigo tienes que saber que trabajo en los bosques, no soy un playboy como con los que sueles salir...
-Dijo juzgándola, ya que le daba claramente esa sensación, la camioneta enfilo hacía la calle, sin saber muy bien a donde era el bar-
—¿Cuándo dijiste eso? Lo habrás pensado. Grosero. ¡Vamos, okay!
A pesar del malhumor ajeno, ella solía estar con un ánimo optimista y tranquilo, energética, empezaría a caminar después de él, esperando ver alguna otra camioneta cerca que no fuese la que se veía desprolija, pero para su sorpresa, esa justamente había sido la que había abierto las puertas y encendido las luces con las llaves del moreno. Lee ocultó su decepción al aproximarse al vehículo, yéndose a la puerta del pasajero.
—¿Nunca lavas esta cosa? —fue lo primero que preguntó al ingresar al vehículo. Detalló indiscretamente el interior del vehículo, verificando su limpieza y orden.
Te dije que tengo mi camioneta aquí ¿Eres sorda o me estás ignorando adrede? No vamos a ir en taxi.
-Aprovecho para sacar sus llaves, no entendía la razón de su pregunta. De todas formas, Mako llevaba sus vaqueros, sus zapatillas, una blusa básica blanca y la típica chaqueta de cuero. Sacó las llaves, y ahí estaba la camioneta: Sucia, algo rechinante pero al parecer funcional al abrir las puertas con el botón de la llave y subir delante.-
Lee se animó y enderezó su cuerpo para empezar a caminar, colocándose la chaqueta de jean encima de los hombros. Vestía una falda corta, blusa y botas negras, y atado a su cadera, una riñonera rosa. Quiso empezar a caminar, pero esperaría por él.
—¿Pido un taxi o lo vamos a tomar en la calle? —preguntó, tomando su teléfono móvil.
Entonces ¿Vamos en mi camioneta por la cerveza artesanal? -Preguntó ya que había quedado perdido en esa frase, al menos en su idea de plan para salir, tenía el dinero al menos y su coche, humeante, bastante tosco a pocos metros-
