Estaba dispuesto a renunciar por ella, paso saliva pesadamente y se acerco nuevamente a la ajena tomándole de los hombros, pegando su frente a la de impropia, tomando su rostro en sus manos, limpiando con sus pulgares las lagrimas en sus mofletes, sus labios hicieron presión contra los contrarios, el nudo un garganta se volvió hacer presente, se separo lentamente como si aquello fuera una larga tortura.─




No… Eres tu quien no ha comprendido que no puedo permitir que quedes cerca de mí, no puedo perderte más.

─Soltó de los hombros al ángel, retrocediendo sus pasos. ─

Sera mejor que te vayas… sea la vida que tengas ahora vete