─Ojala hubiera hecho eterno ese beso, ojala no hubiera sido una cruel despedida, ojala pudiera decirle que la quería y que se odiaba por renunciar; cuando las manos de la femenina se aferraron a su cuello, le fue más difícil quería quedarse así y bailar como lo hicieron en una de tantas vidas, pero no podía, había tomado su decisión no podía retroceder; era la peor estupidez que estaba cometiendo en sus 186 años la peor de todas, dejando ir a la única persona que había amado, se separó lentamente incluso antes de hacerlo se atrevió a dejar un beso sobre la cabeza del ángel, para después dar marcha atrás.─

Las veces que sean necesarias hasta que finalmente lo creas y no existen palabras algunas para que entiendas que no soy bueno para ti.

─ Para la mala suerte el cielo se había nublado ya, truenos anunciaban la llegada de la próxima tormenta, metió las manos en los bolsillos de su pantalón, siguiendo su caminar

[code].- Sus manos se habían mantenido en el cuello del vampiro, deseosa de no separarse, sin embargo sintió el frio en sus dedos cuando este se alejó, había sentido un sin numero de dolores en su vida, ni siquiera el morir por la espada en una de sus vidas pasadas se comparaba, Aquel beso solo le supo a despedida, frio y cálido a la vez que se albergó.-

Cuanto mas tengo que pedir el odiarte? Por que soy incapaz de hacerlo…

Susurro para si misma, por un momento dio un paso en un débil intento de seguirle, es mas no continuo, sentía el peso del dolor en su pecho, sentía que si le seguía viendo marchar rompería en llanto por lo cual cerro con fuerza sus ojos, para que revivía una y otra vez, solo para sufrir nuevamente? .-
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─ Sin decir más prefirió alejarse del ángel a seguir con aquella pelea que solo les había el igual de daño ambos, le dio la espalda y camino con sus manos en los bolsillos de su pantalón, se adentró entre el bosque, sin un rumbo fijo. ─

─ Aunque había intentado contenerse le fue imposible no querer besar los labios del ángel nuevamente, callarle con un beso cada que ella se enojaba con él, sentir nuevamente el mundo en sus manos al besarle; aunque para él estaba claro era la última vez que lo haría, se aseguró de que este fuera lo suficiente largo, se separó con lentitud, sintiéndose más destrozado de lo que ya estaba al ver aquel rostro que tanto amaba tan roto por dentro, como si ella hubiera comprendido el adiós albergado en aquel beso; Paso saliva pesadamente nuevamente, apretó los labios porque ahora no fueran las lágrimas que le traicionaran ahora.─



¿Soy un egoísta por querer que vivas Lucinda? ¿Por querer que seas feliz?.. Entonces lo soy. No voy a quedarme a ver cómo te arrebatan de mi vida, ya no más, Entonces ¡LO SOY!, tienes razón soy un egoísta[...]

[code]El beso la tomo por sorpresa pero no por eso se negó a su contacto, como un anhelo ahogado correspondió posando ambas manos sobre las contrarias aquellas que le sujetaban el rostro con una ternura que creía olvidada, al separarse sintió un dolor aun peor que el que se había albergado en su pecho, pues aquel beso sabia nada mas que a un adiós, un cruel y frió adiós. .-

Eres un egoísta...hasta ahora solo piensas en lo que tu haz sufrido, yo soy la que no te olvida, mis sombras me persiguen con tu recuerdo donde quiera que vaya.

No se le acerco, permitió que se alejara dejando que sus manos cayeran a cada lado de su cuerpo, apretando las mismas en puños sin importarle que sus uñas se clavaran contra sus palmas con fuerza lastimando la piel en el mismo proceso.-


Eres un mentiroso egoísta.
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Estaba dispuesto a renunciar por ella, paso saliva pesadamente y se acerco nuevamente a la ajena tomándole de los hombros, pegando su frente a la de impropia, tomando su rostro en sus manos, limpiando con sus pulgares las lagrimas en sus mofletes, sus labios hicieron presión contra los contrarios, el nudo un garganta se volvió hacer presente, se separo lentamente como si aquello fuera una larga tortura.─




No… Eres tu quien no ha comprendido que no puedo permitir que quedes cerca de mí, no puedo perderte más.

─Soltó de los hombros al ángel, retrocediendo sus pasos. ─

Sera mejor que te vayas… sea la vida que tengas ahora vete

─ Aparto nuevamente su mirar del ángel, volviendo a marcar su distancia con ella, dejo caer la espalda sobre el tronco de uno de los tantos arboles en el bosque, soltó un largo y profundo suspiro ante el reclamo de la ajena, apretó sus labios antes de dejar escapar aquel veneno, aquella fría manera de ser, si quería asegurarse de que esta vez ella lo terminara odiando realmente debía actuar de esa manera. ─


Porqué soy así o es ¿Qué apenas te das cuenta Lucinda?, si no realmente espero que goces la decepción, porque quien fui alguna vez en el pasado no volverá ¿Me entiendes?.



─Menciono exaltando el tono de su voz molesto, pese al ver aquellas mejillas llenas de lagrimas, ese dolor le rasgaba por dentro, le quemaba ver al ángel así de destruida, no merecía aquello, pero él estaba cansando de perderle, de verle morir una y otra vez, la quería para el pero no podía tenerle[...][/code]

[code]Exasperada poso ambas manos sobre su frente, peinando con sus dedos su castaño cabello hacia atrás en un vago intento de disipar la desesperación que se envergaba en su pecho acorde la conversación avanzaba.-

Ahhg por que siempre tienes que ser así!

Exclamo ya perdiendo la paciencia, sus mejillas estaban húmedas por las lagrimas que no pudo contener por mas esfuerzo que puso en ello, aun asi intento mantenerse firme, hombros rígidos y postura recta, regreso a verle con una expresión de total dolor.-

Nunca haz comprendido, que esto...lo que haces el alejarme...es lo que termina por matarme.
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─ Alzo su mirar al ángel observando aquel frio y firme semblante con que aquella le miraba, jamás le había visto de aquel forma, un escalofrió recorrió su espina dorsal fue como una apuñalada directa en su pecho que atravesaron aquellas palabras “Desearía no volver a recordarte”, su mirada bajo al suelo nuevamente, un silencio sepulcral se apodero en aquel bosque, el vampiro no encontraba las palabras para responder, aquello le había dolido, apretó los labios relamiendo los labios. ─

Hazlo, no me recuerdes, será como si yo jamás hubiera existido.

─ El nudo en su garganta seguía presente prevalecía fuerte rasgando, como si no le permitiera seguir hablando, su mirada se desvió al suelo no podía ver como aquellos ojos brillosos del ángel se cristalizaban anunciando la llegada del mar del llanto que desbordarían por sus mejillas, se sentía culpable de causar aquel dolor en ella, pero no podía permitirse a perderle de nuevo, por la maldición que seguía persiguiéndola, si permitía que el amor creciera la perdería y jamás volvería a verle, era demasiado egoísta para dejar que aquello pasara. ─


A ti, sabes lo que sucede cada que intentamos estar juntos una y otra vez sucede la misma historia, haces bien recuérdame de esa manera, tal vez así entiendas que no podemos seguir con esto.[...]