Una noche tranquila, demasiada para un depredador quien no logra cegar vidas esta vez, queda inquieto, insatisfecho he irritado deambula por las calles con las sombras ocultando su presencia sin rumbo dando vueltas en pensamientos fugaces hasta que se detiene a fumar un cigarrillo junto a un viejo árbol en la esquina de una calle vacía en plena madrugada.