26-30, M
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R1541624 · M
Pasaron pocos dias desde los que Holy envió la carta, y aún no recibía respuesta alguna. Después de todo no se extrañaba que el 'azabache' le ignorara. La última vez que se vieron éste le dejó en claro que se distanciarían, pero el cuervo es necio y testarudo y detesta alejarse de los que tanto quiere.
Su vida seguía transcurriendo. Por la mañana se levantaba para alimentar a Plutón, desayunar lo más rápido posible para salir corriendo al trabajo. ¡Ni un sólo día podía llegar temprano porque a cierto animal le encantaba desvelarse pensando en mil cosas y viendo las estrellas desde la ventana de su habitación. Lucía siempre llevaba esa mala cara cuando Holy llegaba al trabajo, pero el buen ánimo del cuervo le obligaba a cambiar de parecer, terminando por perdonarlo infinidad de veces.
Era sumamente raro acostumbrarse a un estilo de vida así. Eso pensaba, ergo, se sentía satisfecho con los pequeños logros que va realizando, porque sin darse cuenta, comenzó a salir de la depresión que lo tenía fuertemente abrazado.
En uno de esas noches, cuando salió temprano de trabajar ( porque el café suele cerrarse a media noche ), cruzó frente a una tienda donde vendían distintas clases de papel. Instintivamente entró y compró algunas hojas, junto con un cuaderno para escribir, o bien, dibujar.
Ya volvía a casa. Plutón estaría sentado justo detrás de la entrada principal, meneando la cola de lado a lado, esperando por su ración de comida nocturna. Ese gato era igual de glotón que el mismo cuervo. ¡Vaya que las costumbres se 'heredan'! Introdujo la llave en la cerradura y dio vuelta para acceder al pequeño departamento donde se aloja. Apenas lo vio entrar, Plutón se trasladó desde el sillón hacia la entrada, lanzándose encima del azabache para prenderse de sus ropas. A pesar de ser pequeñito, es muy enérgico el gato (?). To~odas las hojas salieron volando, y el cuaderno quedó a un costado. Plutón maullaba, bien contento de ver a Holy de vuelta en casa. Se restregaba contra su mejilla, y le lamía el mentón.
— ¡H-hey! Ojalá recibiera esta clase de bienvenidas diario y no sólo cuando estás de buenas, Plutón. . ¿Cuidaste bien de casa?
Cargó al minino con un brazo, y se dedicó a recoger las hojas con la mano libre, pero. . .¡Oh! Una de esas hojas no era suya. Era un sobre. ¿El remitente? Latronis. Sin esperar más, rasgó un lado del sobre para extraer la carta y ponerse a leer. Plutón imitó las acciones de Holy. Movía la cabeza como si estuviera leyendo (?). Una vez terminó de leer, suspiró, poniéndose en pie para ir directo al escritorio de su habitación, con el gato reposando en el antebrazo, y en la mano, el cuaderno de dibujo que consiguió.
Dejó al gatito sobre el escritorio, donde se pudiera quedar quietecito mientras él escribía.
— Demonios. . demonios. . ¡Plutón! ¿Qué escribirías a alguien que echas de menos y ya se lo hiciste saber? ¡Ah! Por cierto, Latronis dice que quiere conocerte, así que quieras o no tendré que sacarte una fotografía. —
Fue motivo suficiente para que el gatito saliera corriendo. Holy se echó a reír, disponiéndose a escribir.
" Latronis:
¡Hola! Recién hoy ha llegado tu carta a mi casa. Creo que Plutón la encontró antes que yo porque el papel del sobre estaba ligeramente mordisqueado. ¿Es normal que los gatos pequeños muerdan todo? De bebé yo no solía hacer esas barbaridades. Tendré que educarlo mejor.
Me alegra que te haya gustado el regalo. En verdad que lo escogí con todo mi corazón sólo para ti. . . Quería que una parte de mí estuviera contigo, aunque nos encontremos lejos.
Sobre mi trabajo, todo marcha bien. Nunca estuve tan tranquilo en estos 21 años de vida que llevo. La señora Lucía, dueña del café, siempre está regañándome por llegar tarde a trabajar. ¡No es culpa mía que la noche dure tan poquito! No sé, alguien debería reparar el Sol y hacerlo llegar máaaas lento.
¿De verdad piensas volver? ¿Cuándo volverás? Ese día compraré un pastel y traeré café del trabajo. ¿Te gusta el café, verdad? Sino, también venden chocolate caliente o té. Lo que tú prefieras, sólo avísame para poder ir por ti a la estación de tren de la ciudad.
Sigo bien. . .Algo solo, pero bien.
. . .
Vuelve pronto, Latronis. Quiero verte.
— Holy.
Y así como la vez anterior, a la mañana siguiente, el llevar la carta a la oficina de correos fue la excusa que le dio a Lucía.
Su vida seguía transcurriendo. Por la mañana se levantaba para alimentar a Plutón, desayunar lo más rápido posible para salir corriendo al trabajo. ¡Ni un sólo día podía llegar temprano porque a cierto animal le encantaba desvelarse pensando en mil cosas y viendo las estrellas desde la ventana de su habitación. Lucía siempre llevaba esa mala cara cuando Holy llegaba al trabajo, pero el buen ánimo del cuervo le obligaba a cambiar de parecer, terminando por perdonarlo infinidad de veces.
Era sumamente raro acostumbrarse a un estilo de vida así. Eso pensaba, ergo, se sentía satisfecho con los pequeños logros que va realizando, porque sin darse cuenta, comenzó a salir de la depresión que lo tenía fuertemente abrazado.
En uno de esas noches, cuando salió temprano de trabajar ( porque el café suele cerrarse a media noche ), cruzó frente a una tienda donde vendían distintas clases de papel. Instintivamente entró y compró algunas hojas, junto con un cuaderno para escribir, o bien, dibujar.
Ya volvía a casa. Plutón estaría sentado justo detrás de la entrada principal, meneando la cola de lado a lado, esperando por su ración de comida nocturna. Ese gato era igual de glotón que el mismo cuervo. ¡Vaya que las costumbres se 'heredan'! Introdujo la llave en la cerradura y dio vuelta para acceder al pequeño departamento donde se aloja. Apenas lo vio entrar, Plutón se trasladó desde el sillón hacia la entrada, lanzándose encima del azabache para prenderse de sus ropas. A pesar de ser pequeñito, es muy enérgico el gato (?). To~odas las hojas salieron volando, y el cuaderno quedó a un costado. Plutón maullaba, bien contento de ver a Holy de vuelta en casa. Se restregaba contra su mejilla, y le lamía el mentón.
— ¡H-hey! Ojalá recibiera esta clase de bienvenidas diario y no sólo cuando estás de buenas, Plutón. . ¿Cuidaste bien de casa?
Cargó al minino con un brazo, y se dedicó a recoger las hojas con la mano libre, pero. . .¡Oh! Una de esas hojas no era suya. Era un sobre. ¿El remitente? Latronis. Sin esperar más, rasgó un lado del sobre para extraer la carta y ponerse a leer. Plutón imitó las acciones de Holy. Movía la cabeza como si estuviera leyendo (?). Una vez terminó de leer, suspiró, poniéndose en pie para ir directo al escritorio de su habitación, con el gato reposando en el antebrazo, y en la mano, el cuaderno de dibujo que consiguió.
Dejó al gatito sobre el escritorio, donde se pudiera quedar quietecito mientras él escribía.
— Demonios. . demonios. . ¡Plutón! ¿Qué escribirías a alguien que echas de menos y ya se lo hiciste saber? ¡Ah! Por cierto, Latronis dice que quiere conocerte, así que quieras o no tendré que sacarte una fotografía. —
Fue motivo suficiente para que el gatito saliera corriendo. Holy se echó a reír, disponiéndose a escribir.
" Latronis:
¡Hola! Recién hoy ha llegado tu carta a mi casa. Creo que Plutón la encontró antes que yo porque el papel del sobre estaba ligeramente mordisqueado. ¿Es normal que los gatos pequeños muerdan todo? De bebé yo no solía hacer esas barbaridades. Tendré que educarlo mejor.
Me alegra que te haya gustado el regalo. En verdad que lo escogí con todo mi corazón sólo para ti. . . Quería que una parte de mí estuviera contigo, aunque nos encontremos lejos.
Sobre mi trabajo, todo marcha bien. Nunca estuve tan tranquilo en estos 21 años de vida que llevo. La señora Lucía, dueña del café, siempre está regañándome por llegar tarde a trabajar. ¡No es culpa mía que la noche dure tan poquito! No sé, alguien debería reparar el Sol y hacerlo llegar máaaas lento.
¿De verdad piensas volver? ¿Cuándo volverás? Ese día compraré un pastel y traeré café del trabajo. ¿Te gusta el café, verdad? Sino, también venden chocolate caliente o té. Lo que tú prefieras, sólo avísame para poder ir por ti a la estación de tren de la ciudad.
Sigo bien. . .Algo solo, pero bien.
. . .
Vuelve pronto, Latronis. Quiero verte.
— Holy.
Y así como la vez anterior, a la mañana siguiente, el llevar la carta a la oficina de correos fue la excusa que le dio a Lucía.
es1539602 · 26-30, F
Tu foto! Addssda<3, espero tener un ameno rol y bonito y todoc:~]
es1539602 · 26-30, F
Gracias por acepta, espero llevarnos genial *-*]