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Sickness...
 
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Lappland · 26-30, F
Dejó caer su mano a un costado, mantuvo la mirada fija en ese cielo estrellado y suspiró esbozando una sonrisa. Cuando Texas se apoyó en su hombro ella inclinó su cabeza para apoyarse sobre ella sin ejercer mucho peso. —Gracias...— era extraño verla quieta, con tan poca energía pero esa vez, esa noche se había visto realmente superada y aunque fuera normal en el fondo el miedo la carcomía, no quería morir siendo una pila de cristales negros. Pero de eso solamente podía encargarse..."Su" Texas. La vieja Texas.
Texas1572003 · 26-30, F
Vio su mano sobre la propia, dejando una mancha roja... su propia sangre aún estaba en ellas, recordándole que ese momento de paz era efímero, que había una sombra sobre ambas... Quizás estaban marcadas por sus pecados del pasado. Corrió lejos, lo más rápido que pudo, para huir de todas esas memorias, pero se sentía acorralada entre la calidez que estar cerca de ella le provocaba, y los sentimientos que se había esforzado tanto por reprimir.

Sintió un nudo en la garganta cuando Lappland dijo lo que para ella ya era natural, hablar del momento que tarde o temprano llegaría, cuando su luz comenzara a apagarse. —Si...— Su voz entrecortada no dio para más palabras, y se acercó un poco más a ella, hasta que logró apoyar la cabeza en su hombro.
Lappland · 26-30, F
Eso...estaba realmente buen. ¿Cuando había sido la última vez que se recostaron en calma mirando las estrellas?. Lappland siempre presionaba a Texas, quería pelear, quería...quería tantas cosas en tan poco tiempo que poco a poco la oripatia y la desesperación consumieron su cordura. Texas estaba ahí para ella a pesar de lo mucho que la había dañado, aún y a pesar de su frialdad había espacio para Lappland. Mantuvo la vista fija en su dedo y sonrió dejando escapar una risa casi infantil. — Aunque en estás condiciones apenas y recuerdo algunas. — murmuró y levantando su mano guió la de Texas para trazar las estrellas. —Ne...Texas. Si algún día las olvidó todas...¿Me las enseñarias? —
Texas1572003 · 26-30, F
Quizás era la primera vez que hablaba de su pasado con tanta nostalgia. Se sintió expuesta, incómoda... Pero, ¿Tenía razones para sentirse de ese modo? Lappland era quizás la única que conocía todo lo que ella había sido, que la conocía en realidad... Incluso a Exusiai, que era en quien más confiaba, le ocultaba ciertas cosas, no quería que la viera como un monstruo. Lappland hablaba de momentos felices, quizás lo que menos necesitaba era recordar toda la sangre y muerte que dejaron atrás. Y Texas sentía que era algo que debía darle, si la estaba perdiendo, al menos la haría feliz por una vez.

Se sentó al borde del techo y ayudó a la albina a hacer lo mismo, luego, se recostó. —Nunca te gustó estudiar, pero curiosamente conocías todas las constelaciones, y me enseñaste...— Alzó su índice al cielo y empezó a moverlo como si trazara las estrellas.
Lappland · 26-30, F
Chasqueo su lengua y se puso de pie emitiendo un jadeó, estaba agotada y sentía que su cuerpo iba a colapsar por el dolor. No culpaba a Texas por querer llevarla a la enfermería por las condiciones en las que se encontraba. Caminó en silencio apoyada de ella, mantenía las orejas y su mirada bajas, se había resignado. Está vez Texas ganaba.
Pero su sorpresa fue evidente cuando abrió esa entrada a la azotea, inmediatamente Lappland respiró el aire del exterior y levantó la vista al cielo nocturno. —Soliamos quedarnos hasta tarde en algún techo... viéndolas, hablando acerca de lo que haríamos al.dia siguiente, a dónde iríamos...nada nos detenía. — algo en su interior vibró de alegría, estaba obsesionada con traer de vuelta a la vieja Texas que no se había dado cuenta que en realidad estaba ahí, solo había cambiado, pero seguía siendo "su" Texas.
Texas1572003 · 26-30, F
—No vas a golpear a nadie. No hoy.— Con su mano izquierda dio una caricia en su oreja agachada, y se inclinó lo suficiente para ayudarle a apoyarse en su cuerpo, sin importar que su uniforme quedara manchado de la sangre de su antigua compañera. —Vamos...— La ayudó a caminar, esperaba que se comportara dócil, no quería someterla de nuevo en ese estado. Lappland hubiese podido pensar que la llevaría de vuelta a la enfermería, pero no fue así. La lupo dirigió sus pasos hacia un lugar que ella consideraba especial. Lo compartía con Exusiai, una entrada abierta a la azotea de la isla que daba una vista del cielo y de la ciudad en la que estaban. En el horizonte, devastación... Pero aún lo suficientemente lejos como para no tener que moverse. —Mira...— Alzó la vista hacia las estrellas. —Siempre me ha recordado al cielo de Siracusa. Había tantas estrellas.
Lappland · 26-30, F
Sentir que le importaba, que se preocupaba por ella era un alivio que aligeraba la carga que en ese momento Lappland llevaba sobre sus hombros. Permaneció en silencio con las orejas agachadas al igual que su cola, nunca antes se sintió tan expuesta. Dejar que Texas entrara en su burbuja no era algo fácil pero a este punto...¿Realmente importaba más su orgullo?. —Esta bien...— no mentiría más, no era algo que pudiera ocultar de todas maneras. —Sali de la cama porque en realidad si iba a golpear a alguien, perdí el rastro y quede aquí ..— al menos no estaba mintiendo del todo.
Texas1572003 · 26-30, F
La miró desde arriba, nunca sabía de que forma debía reaccionar... pero algo dentro de ella sabía que esa era la razón, aunque rogaba por escuchar algo distinto. Dio un par de pasos hacia ella después de recoger el pañuelo que se había caído al suelo. En silencio, continuó limpiándola, hasta que la sangre no fue nada más que un vestigio en sus labios. Dejó el pañuelo a un lado, y tomó sus manos con las propias, dejando sus palmas llenas de sangre extendidas hacia arriba.

—No me mientras otra vez.— No pudo ocultar el dolor que había en su voz. —Entonces deberías estar en la enfermería... ¿Por qué dejaste tu cama?— La reprendió. Deseaba comprenderla, pero Lappland tenía razón, Texas sufría a causa de la Oripathy, pero al sentir como lo que mas le importaba se iba entre sus dedos como agua.
Lappland · 26-30, F
Texas sabía cómo someterla, aún si la superaba en fuerza está vez su condición la ponía en total desventaja. Gruñía como si de un animal salvaje se tratara pero cuando fue liberada solamente retrocedió llevando una mano a su boca, tosió, nuevamente la sangre brotaba. Fue ese momento en el que levantó la mirada y agachó sus orejas. — Kal'tsit insistió en mantenerme bajo observación más tiempo...— jadeó se se recargó en la pared dejándose caer lentamente hasta quedar sentada en el suelo. —¿Alguna vez te has sentido superada por algo, Texas?— cerró sus ojos y suspiró con dificultad. —Es una sensación horrenda...
Texas1572003 · 26-30, F
Soltó un jadeo ahogado cuando sintió las uñas de Lappland clavarse en su piel al sujetarla, más con un brusco movimiento de sus brazos logró liberarse y la tomó por la mandíbula, con fuerza para que no se moviera, mientras con la otra mano, usando la manga de su chamarra, se deshizo del resto de la sangre. Lappland solía ser obstinada con cosas simples como un baño, pero no al grado de la desesperación, algo estaba mal. Se dio cuenta de que su labio no estaba hinchado, no había ningún corte. Su rostro no tenía ningún otro golpe.

—Di la verdad ahora.— Dijo tajante, antes de soltarla.

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