—Se ve bien. Había estado buscando una nueva apariencia para andar por la nave de su Master sin que los demás soldados lo miraran extraño por sus tatuajes y ropa. Podría acostumbrarse al nuevo aspecto siempre y cuando Doppelganger no fuera tan molesto.
Si, estas delirando. -Comentó algo alterado mientras posó su mano derecha sobre su propio rostro para ocultar ese rubor incómodo.-
¿Quién podría acostumbrarse a alguien que se parece su pareja...? -Murmuró para si, mirandole de reojo y así procedió a alejarse. Tenía mucho que hacer y lo que menos quería ahora era distraerse con sentimientos encontrados.-
