Eres un rarito. -Es lo último que expuso antes de levantarse del lugar, mirarle con desdén, había algo en el sujeto que no le gustaba, era raro, más raro de lo que aparentaba, así que sin rodeos se retiró, dejando ese desastre en el suelo.-

¿Terapia para deshacerme de este diablo? -dijo burlándose. Aunque su goce no duró mucho porque empezó a toser sangre, lo que lo obligó a encorvarse para dejar que la sustancia roja cayera en el suelo. Y formara un pequeño charco- Esto no es algo de doctores humanos, chico. Tampoco es un farsa. Esto es real hijo.

-Leo solo observó en silencio al sujeto, no estaba sorprendido, ni asustado, ni curioso con la forma tan repentina en la que su personalidad se tornó grosera, solo cuando finalizó sentenció con una agradable sonrisa en el rostro.- Creo que deberías de ir a terapia. Si, eso sería lo mejor.

Pelea interna, mocoso. -habló la segunda alma que habitaba ese cuerpo y en respuesta su cuerpo mutó. Parte del rostro, manos e incluso pecho se vieron transformados en una especie de bestia conjunta de varias especies más- Si no sabes, no hables. -Yan de inmediato se dio un puñetazo sintiendo la mejilla arder. Pero para su fortuna el doppelganger había desaparicdo las transformaciones- Sí.. Disculpa por eso.

-Cuando sus gritos acallaron, su mirada se fijó en aquel hombre frente suyo, y si bien lo había escuchado perfectamente, tomó un bolígrafo, justamente el rosa y con algo de enojo le escribió la mejilla, un, dos, tres rayones rápidos.- ¿Eso también aplica para ti? Porque estás lleno de sangre, se ve que estuviste perdiendo tu pelea... ¡No puedes criticarme!

.....Vale. Estás exagerando un poco -sentenció luego de quedar viendo ese show en silencio. Solo era cuestión de acomodar mejor las ideas pero él solamente se dejó vencer luego de una leve interrupción- Si realmente quieres ayudar a tu grupo no debes dejarte vencer por algo como esto. Ánimo.

-Su mano se levantó a modo de "silencio" a penas escuchó las palabras ajenas. Fue esa intervención la causante de que de un momento a otro, soltara un grito de frustración y con ello, soltó sus bolígrafos para rascarse su cabeza con toda violencia, despeinándose a más no poder.- ¡Noooooo! ¡Hiciste que perdiera la inspiración! ¡Aaahhhgg! Me costó tanto que regresara, ya no es un obra maestra. He fallado como genio. LO SIENTO MUCHO MIS KNIGHTS, ¡LES FALLÉ!

¿Cómo puedes estar tan seguro si nunca has...? -de repente las actitudes del pelinaranja lo confundieron. Se había quedado sentado en el suelo empezando a escribir lo que parecía una canción. De fantasmas y criaturas sobrenaturales. Arqueó una ceja en respuesta para posterior colocarse de cuclillas. Señaló una parte de la canción- No pienso que este ritmo vaya bien. Prueba otra.

Mentiroso, los fantasmas no existen. -Replicó algo tembloroso pero Leo era alguien muy especial, una persona que por cualquier cosa se abstraía para perderse en su realidad y por la mera mención del fantasma, ideas frescas se le vinieron a la mente para componer una canción. Tan solo se separó, sacó sus bolígrafos de colores, se agachó y comenzó a escribir una partitura en mitad de la calle.-

Chico.. Que no soy un Yakuza. -dijo para luego negar el pañuelo. Podía oler el miedo en él, más que su evidente temblor del brazo. Recordaba la última vez que intentó explicarle, no veía mucho caso- Solo soy un fantasma.