Camino con el rostro alzado y lleno de orgullo, con un aire cálido y sus orejas cual caramelo rojo. El calor emanaba de su punta y desembocaba sobre sus mejillas. Entre mas veía la cinta entre sus manos mas se aceleraba el corazón.

Lo alejo de aquellos molestos ojos y lo llevo justo donde los arboles comenzaban a tupir las inmensas arias verdes. Suficiente censura e inmensa tranquilidad. Sus frases eran como un golpe de realidad prevista, su tío le gritaría de manera reservada tachando su actitud y llenándolo de sermones para convencer y rectificar su decisión, devolver al salvaje.

Se detuvo justo en un amplio claro, subió a una de las piedras que estaban ahí para estar a su altura y jalo la cinta para apegarlo. Esos segundos "incomodos" donde las miradas sobraban, el rostro de WangJise vio perturbado y cuando sintió el impulso le tomo del rostro y le planto un beso, si, uno como estampida directo a su mejilla, se separo y lo jalo de nuevo para abrazarlo.