Camino con el rostro alzado y lleno de orgullo, con un aire cálido y sus orejas cual caramelo rojo. El calor emanaba de su punta y desembocaba sobre sus mejillas. Entre mas veía la cinta entre sus manos mas se aceleraba el corazón.

Lo alejo de aquellos molestos ojos y lo llevo justo donde los arboles comenzaban a tupir las inmensas arias verdes. Suficiente censura e inmensa tranquilidad. Sus frases eran como un golpe de realidad prevista, su tío le gritaría de manera reservada tachando su actitud y llenándolo de sermones para convencer y rectificar su decisión, devolver al salvaje.

Se detuvo justo en un amplio claro, subió a una de las piedras que estaban ahí para estar a su altura y jalo la cinta para apegarlo. Esos segundos "incomodos" donde las miradas sobraban, el rostro de WangJise vio perturbado y cuando sintió el impulso le tomo del rostro y le planto un beso, si, uno como estampida directo a su mejilla, se separo y lo jalo de nuevo para abrazarlo.

La situación era hilarante y aunque molestar a Qiren no era el objetivo principal, no podía evitar pensar en la expresión que pondría en cuanto se enterase que su discípulo estrella se había comprometido con el disicipulo revoltoso que lo hacía escupir sangre.

Con una sonrisa radiante siguió al menor en cuanto lo incito a caminar, se mantuvo mansamente a su lado observando encantado las flores que cargaba en sus brazos y sus ojos se suavizaron aún más.

—Lan Zhan, estoy feliz de que hayas venido ¡Ya estaba cansado de rechazar gente!—bromeo con una ligera risita, tomando un de las flores la acomodó cuidadosamente en el cabello del menor y suspiro encantado con la vista que tenía frente a él—¿Crees que tu tío me culpe por esto? Algo como "¡¿Cómo te atreves a corromper a mi Wangji?!" O algo respecto a mi edad como "¡Aprovecharte de alguien más joven ¡Que vergüenza!"

Paz en su corazón al no ser rechazado como creyó que lo seria. Habían logrado filtrase los rumores de la rebeldía del pretendiente e incluso la poca capacidad que hace su edad entre sus propios compañeros en la secta.

"Lan WangJi quedara chico para el arico candidato"

"Pobre muchacho, hasta nosotros escucharemos el crujir de su corazón"

"Apático y eufórico ¿Quedan?"

Sus palabras solo bañaron la realidad, aun era menor y su tío se lo había advertido. Aun así lo dejo ir para ampliar su confianza pero con la idea de que no podría cazar nada... Nunca imagino que de todos los elegibles su botín seria quien le hará arrancarse esa barba de chivo¿.

Asintió jalando le un poco, quería que lo siguiera a un lugar donde las miradas y los murmuros no hicieran ruido en su verde personalidad. Le costo mucho venir por tal belleza. Y seguramente le explotarían las orejas por el sobrecalentamiento de las mismas.

Si antes había tenido dudas estás desaparecieron en el momento en que fue foco de esa mirada tan intensa, mientras la pulcra cinta blanca se enredaba en una de sus muñecas como una pulsera con demasiado significado. Wei Wuxian paso saliva con incredulidad y nerviosismo, observó la cinta antes de volver a observar al menor ¿Negarse? No, eso le rompería el corazón al menor y el mayor tampoco estaba demasiado incómodo con la situación.

—Para ser alguien tan callado vas directo al grano ¿Hum?—puntualizo con una sonrisa, subiendo su mano presionó un beso sobre la cinta en su muñeca sin apartar sus ojos del más joven—Pero A-zhan aún es bastante joven y aún no tienes la edad para que nos casemos, así que le toca a tu GeGe esperarte pacientemente~

Las coincidencias no existen para un joven enamorado. Había elegido y cortado las flores el día mas esperado. La temporada para cortejar al mejor de los partidos a llegado y no estaba listo para un "No", va enserio.

Cuido que ninguna callera al sueño y cuando se aseguro que el tiempo había sido lo suficiente le miro. Esos orbes de sol tatuarian el momento en su memoria, retiro con cuidado su cinta y la enredo en una de sus muñecas...

Ahora era oficial y el pueblo lo sabia.

Lan zhan aun siendo menor ya es tomado como un adulto. Había hecho todos lo protocolos y este conejito negro no se negó... Nimodo¿ ya se lo echo a la bolsa.

¿Eh? ¡¿Eh?! ¡¿De verdad estaba pasando esto?! Observó con sorpresa y el rostro sonrojado como el más joven apartaba el rostro mientras empujaba las flores tercamente hacia él sin darle chance a rechazar tal regalo.. aunque claro que no quería hacerlo.

—¿A-zhan?—cuestiono dudoso. Que le diera flores justo cuando la temporada de cortejo empezaba... Era coincidencia ¿Cierto?—... Son hermosas, me gustan~