La situación era hilarante y aunque molestar a Qiren no era el objetivo principal, no podía evitar pensar en la expresión que pondría en cuanto se enterase que su discípulo estrella se había comprometido con el disicipulo revoltoso que lo hacía escupir sangre.

Con una sonrisa radiante siguió al menor en cuanto lo incito a caminar, se mantuvo mansamente a su lado observando encantado las flores que cargaba en sus brazos y sus ojos se suavizaron aún más.

—Lan Zhan, estoy feliz de que hayas venido ¡Ya estaba cansado de rechazar gente!—bromeo con una ligera risita, tomando un de las flores la acomodó cuidadosamente en el cabello del menor y suspiro encantado con la vista que tenía frente a él—¿Crees que tu tío me culpe por esto? Algo como "¡¿Cómo te atreves a corromper a mi Wangji?!" O algo respecto a mi edad como "¡Aprovecharte de alguien más joven ¡Que vergüenza!"