Como a prometido cumplió tras el lapso de tiempo dado. Wangji termino su trabajo y se encamino a donde el menor estaba, lo recogió con formalidad y se encaminaron rumbo al muelle de Loto, el viaje era largo, aun con la técnica de la espada les tomo medio día para llegar; Obviamente el sol bajo y tendrían un atardecer pintado por los mismos dioses.
—Sus labios se amoldaban perfectamente a los ajenos, siguiendo su pauta, deleitándose con el sabor de estos y olvidando siquiera la semilla cuando ya no hubiera rastro de esta. Una de sus manos se apoyó sobre el hombro del jade mientras la otra mantenía su propio peso contra la barca en apoyo. Al sentirlo separarse, pudo recuperar ligeramente el aliento, con un rubor notorio en sus mejillas mientras lo observaba, sonriendo ante sus palabras y esa posesividad que le dejaba tener sobre de sí, era suyo, no lo discutía.
Nuevamente volvía a responder el beso, tomando la libertad de volverlo más profundo y apasionado, queriendo demostrar todo lo que su pecho acumulaba y golpeaba con fuerza, un palpitar acelerado que lograba provocarle.—
