El amor puede volverse un total peligro mas eso no le asusto. Al contrario, fuese el mismo veneno moriría por ver a su amado feliz. Si eso no implicaba una razón estúpida por supuesto.

-Si...-

Le dio espacio y el derecho de volverse su guía, cocinero, compañero de mesa con la esperanza de acoger un nuevo recuerdo con colores menos gélidos. Su conejo aun envuelto en el mismo resentimiento sabia brillar ante el.

-Vamos...-

Lan zhan.... vamos a comer... quiero cocinar algo......

-extraña poder cocinar para alguien mas que no sea el, es muy solitario yiling desde que los wen quedaron como erase una vez-

No sabe quien lo daño tanto pero a pesar de nacer y crecer fortaleciendo su cuerpo, mente y alma; Nunca pudo adquirir inmunidad al dolor de WeiYing. Si el conejito negro, patriarca, el demonio que regreso a base de meticulosas sisañas sufria lo estarian matando en vida. Mas que una droga era una necesidad; La enfermedad que sostenia a flote su lado sencible.

-Wei Ying- Sururro con anhelo y alegoria antes de besar con sencilles sobre sus negros cabellos.

-se encogio sonrojado y timido a la vez no recordaba la ultima vez que habia estado con un lan tan cariñoso-

Lo mirara dejando pasar la historia que se deduce por si sola. Tomo del conejo sin permiso alguno para envolverlo entre sus brazos de manera posesiva. Para el va a ser el primero y el unico con o sin la aprovacion de la gente.

Que curioso por lo general la historia comienza al contrario
-muerde su dedo pulgar pensativo, tampoco es que sea muy detallista a pesar de ser el segundo mejor cultivador -
Porque soy el segundo si muchos usan mis inventos
-dejando como siempre el tema principal termino pensando en otra cosa -