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About Me About Me NotesAbout Me
Ficha de pj
Nombre completo: Laila
Apellidos:
Edad: 22 años
Edad de deseso:
524
Altura: 1,80
Fecha de Cumpleaños: 13/02
Peso: 65kg
Signo zodiacal: Acuario.
Raza: serafine
Historia (vida pasada)
Hubo una vez una niña de cabellos ondulados y blancos como la luna. La niña tenía los ojos de un color dorado fuerte e impresionante, su cuerpo no era nada del otro mundo. Piel blanca, pecho apenas en crecimiento, apenas tenía algo de carne en el cuerpo. Era una niña de padre británico y madre romana, en cambio el hombre que la crió fue su tío y guerrero nórdico que murió luchando. Con solo 11 años y un gran conocimiento de la batalla fue cambiada por una yegua, al ser "huérfana" (Al no ser reconocida por su madre se le considero huérfana desde que su tío murió y su padre desapareció)
La niña con solo 11 años se volvió la esposa de Arem (Guerrero) hijo de Axe (Padre de paz) y Astrid (Inusual belleza y fuerza), hermano mayor de Viggo (Guerra) y Engla (Ángel) La niña sufrió el dolor de tener que ser de un hombre al que no ama y tener que callar el secreto de quien es su padre realmente. Tenía que callar y ver como Arem tenía relaciones sexuales con muchas más mujeres, enfrente de ella. puesto a que ese, era su castigo hasta que no tuviera 15 o 14 años Arem no podía tocar a Leila. Todas las noches Leila le rezaba a Odin para que la protegiera y a Freya
Para que cuidase su pequeño cuerpo, aun virgen. La pequeña leila no era un ángel pero si era una inocente soñadora. Soñaba con escapar de su esposo, casarse con el hombre que amaba y ser felices los dos juntos, teniendo cuantos hijos quisieran ambos.
En su mente lo primero que pasaba era aprender defensa y batalla. A escondidas de Viggo y Engla, los encargados de cuidarla.
Así pasaron de 2 años más. Escapando de Engla y Viggo para entrenar en el bosque donde un hombre dentro de la sombras se deleitaba observando la, crecer y aprender nuevas técnicas, de defensa y ataque...
A sus 13 años y en pleno invierno, la pequeña Leila enfermo. La temperatura alta, su piel pálida y labios de un tono rojo con ligero violeta. Dolores musculares azotaban su cuerpo, vómito y pérdida de conciencia. Astrid y Viggo, eran los más afectados, puesto a que le habían tomado cariño a la pequeña.
A diferencia de Arem, y Axe que solo buscaban un reemplazo de esposa. Una niña joven y bella con algo que le diera una belleza inusual.
Leila no era tonta ni mucho menos, estaba enferma. Sí. Pero aun así maquinaba un plan, sabía que cuando Axe encontrara una niña de belleza inusual su vida estaría acabada, Arem la mataría para desposar a la nueva desdichada. Siempre se había considerado la mujer más estúpida, por mantener su cuerpo virgen, por mantener su cuerpo santo. Pronto se desharía de esa condena.
Una semana paso Axe y Arem no encontraron a ninguna joven que superaran la belleza de Leila. Mientras por otro lado Leila se recuperaba, a pesar de sentir se mejor, Astrid no la dejaba salir de su cama. En un momento por descuido Leila se metió a la casa de Arem. El, la miro preocupado y encantando, viendo todos los cambios de su mini esposa. Sus senos eran más notorio, sus curvas más deseables, incluso el modo en el que su cabello blanco descansaba en sus hombros.
-Leila amor mío ¿qué haces despierta y fuera de la cama? –pregunto con su atrayente tono de voz, grueso y dulce, la voz de un hombre dominante, ¿Pero será lo suficientemente dominante, para no caer en mi plan?
Sonreí con simpleza mientras me acercaba a él, tome ambas manos y las hice rodear me y apoyarse en mi espalda baja. En ningún momento deje de ver sus ojos avellana que parecían oscurecerse a cada momento. Bese su barbilla, apoye mi frente en su pecho, y roce ligeramente mis pequeños senos contra su pelvis. – solo quería pedirte que te bañaras conmigo, soy tu esposa pero compartes más tiempo con otras mujeres. Quiero pasar más tiempo con MI esposo. Desde ahora no te quiero compartir con nadie. – Hable con burla mientras mordía mi labio inferior, escuche un ligero gruñido. Pero luego rio a carcajadas. Carcajadas repulsivas y grotescas del hombre que solo sabe matar animales indefensos sin compadecerse de los más pequeño.
-¿No me compartirás? No soy tu esclavo, y tú no tienes ni voz, ni voto como para darme una ¿orden? - Mientras que me hablaba/regañaba mi vista, estaba en aquel bulto en su pantalón de piel de venado. Solo con soltar el cinturón de cuero negro, todo lo que el sol no toca estaría revelado. - ¿Me estas prestando, atención?
-Lo siento solo quería, saber que se siente estar con tu pareja… Pero ya veo, que no soy merecedora de su tiempo, por no tener un cuerpo mas grande y voluptuoso… - Las mejores lágrimas de cocodrilo bajaron por sus mejillas, recorrieron todas sus mejillas pero fueron detenidas en la barbilla. Arem algo conmovido por la primera actuación de Leila, acaricio sus mejillas y limpio sus lágrimas. Tentado por el inusual rojo que ahora bañaba sus labios, la beso con pasión y necesidad. Sus dulces labios a pesar de ser pequeños, encajaban a la perfección con los labios de Arem.
El beso fue intensificado por el mismo Arem, deseoso de probar la boca de su compañera aun santa. Paso sus manos por todo su cuerpo, pero como buena esposa y seguidora de las reglas leila lo detuvo. El sonrojo y el inusual temblor en sus piernas, la hicieron ver inocente, solo era una niña es busca de amor, y con hormonas muy alborotadas. Esa noche Arem la hizo su mujer totalmente suya, la sangre y el placer se unieron completando una unión.
Astrid siempre había visto a Leila con otros ojos, no con ojos de madre si no de hermana y amiga, Leila era la única que comprendía el sufrimiento de Astrid, al saber cómo Axen le era infiel con muchachas más jóvenes y bellas. Leila no era santa ni mucho menos, pero comprendía que era el sufrir sabiendo que aquel que se suponía te amaba se revolcaba con otras mujeres teniéndote a ti a su lado.
Astrid no era fea, era como lo decía su nombre, una belleza y fuerza inusual casi como leila. Astrid era una rubia de ojos azules con destellos violetas, su piel blanca como la leche, bastante suave. Si la veías la considerabas una mujer dulce y "débil" era un grave error. Astrid era una mujer fuerte, fiel y dedicada, una gran estratega aunque tuviese una gran debilidad. Su esposo.
Todos los días eran iguales las nuevas conquistas del Axem, las clases sexuales de Leila, (proporcionadas y enseñadas por su “tierno” esposo) y las clases de batalla a escondidas de su esposo. Leila siempre hacia lo posible por mantenerse en forma y aprender nuevos modos de combate, como de camuflaje.
Un día tras batallar, los romanos llegaron a las costas donde vivían el nuevo clan de la joven albina. Donde apenas llevaba viviendo dos semanas. Hubo una masacre, donde todos los hombres murieron y todas las mujeres fueron violadas y calcinadas, excepto aquellas que fueron tan bonitas como para llamar la atención de los soldados de alto rango. "Un hijo de tu belleza podría ser vendido, a altos precios." - dijo el comandante antes de tomar “la pureza” del cuerpo de la albina, aquella que no era ni mala, ni buena persona.
Fue vendida como esclava, y violada por todos sus amos, hasta que llego a roma. Todo un año de sufrimiento, a sus 17 años un hombre de gran cabellera plateada, le ofreció un puñal, a cambio de pan y leche. La joven gustosa acepto, "podría matar a mi amo, con esto y huir al bosque" pensó la muchacha, entrego lo acordado pan y leche fresca.
Todo había sido planeado, en la Noche mataría al hombre que se decía su dueño. Al entrar a la habitación, de su amo noto algo inusual en su propio cuerpo, por sus creencias odiaba verse en un espejo, pero lo que vio en su reflejo fue algo que la sorprendió y asusto, sus senos eran más grandes, sus caderas más anchas, y su barriga estaba creciendo. Llevaba un hijo en su vientre. En ese momento entendió el uso del puñal, y las intenciones del hombre misterioso.
Esa noche apuñale mi cuerpo y mi vientre hasta que mi vida acabo...
¡BIENVENIDA! ...
¡AL INFIERNO! (Casi completa)
¡AL INFIERNO! (Casi completa)
Al llegar al infierno utilizaron mi alma para crear un recolector, un alma que no fuera, ni pura, ni oscura, para vagar en el mundo humano, recolectando las almas condenadas al infierno...
La vida dio un giro de 180ª
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