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SaintGermain · 31-35, M
La firmeza con la que sostenía a su amada era tal que era perfecta, ni tan agresivo ni tan suelto, era lo suficiente como para hacerle notar lo mucho que le amaba. Podía sentir en ella gran calidez, una calidez que no había sentido desde hace mucho, como muestra de ello el entrelazar sus dedos con los de ella, un gesto que no rechazó ni un segundo.

— ¿Sabes? Quiero permanecer así el resto de mis días...
— Demasiado, diría yo.

Recargó su mentón sobre la cabeza de su amado y soltó un pequeño suspiro, relajándose. Se sentía tan cómoda y tan bien al estar cerca de él, percibiendo su aroma, sintiendo su calidez y la suavidad de su piel al bajar la mano propia, buscando la contraria y entrelazar sus dedos, en un gesto cariñoso.
SaintGermain · 31-35, M
Había desviado un poco su mirada, apenado por haber expresado algo que prefería realmente mostrar con acciones, en especial en la cama. Aunque realmente no le deberían generar tal sentir, pues siempre había sido muy claro a lo que sentía.

Se aproximó tan pronto nota la invitación, encaminándose por aquella pequeña escalinata hasta llegar a esa silla, sentándose sin poder predecir el hecho de que su amada sentarse en sus piernas. El rubor incrementó al sentir la suavidad del trasero ajeno sobre él, seguido de aquel beso.

Él por su parte rodeó su cintura con su diestra, mientras la siniestra reposó sobre las piernas contrarias en una suave caricia.

— ... Mucho más cómodo, de hecho.
Soltó una gran carcajada al ver a su pareja nervioso por expresar lo que sentía en el ámbito sexual. Le parecía tierno de su parte el comportarse así, más a su vez lo entendía, él era todo un caballero.

Se levantó de su asiento y lo invitó a sentarse en este, posteriormente, se sentó sobre sus piernas y le rodeó el cuello con ambos brazos.

— Así es más cómodo que estar sentada ahí.

Le dio un cálido beso en su mejilla derecha y recargó la frente contra la de él.
SaintGermain · 31-35, M
Tosió un par de veces ante aquel comentario, además de mostrar algo de pena por haber externado algo que realmente prefería hacer que decir. Incluso algo de rubor tiñó su rostro en un intento por mantener la compostura.

—L-Lo siento... me deje llevar un poco...

Lentamente se fue acercando, tomando la mano de su amada al estar lo suficientemente cerca. Y era cierto, ella le provocaba mas ese tipo de pensamiento, en especial expresarlos sin restricciones, aunque a veces se llenaba de gran pena por comentarlo.
— Jooh... No sabía que fueras tan...

Cerró sus ojos, sonriendo de medio labio. Tendió la mano diestra hacia él para que se acercara. Le gustaba ver a su amado nervioso, pero más le fascinaba verlo de cerca y darse cuenta de que ella era quien lo provocaba.
SaintGermain · 31-35, M
— Grandes... — repitió en un balbuceo sin comprender por un instante, aunque... tan pronto como miró aquellos gestos de su amada, el rojo se apoderó de su rostro al comprender aquel argumento. —¿E-Eh?— rascó su nuca algo nervioso. —Bueno si lo pones así... también a mí me gustan las cosas grandes...— agregó bajando su mirada, dirigiéndola a sus pechos y, después a las caderas y caderas.
— Bueno, es que me gustan las cosas grandes. Por algo te elegí a ti como mi pareja. — Se relame los labios y le guiña el ojo.
SaintGermain · 31-35, M
— Oh, ya veo. Parece que aquí todo es mucho más grande.
— ¿Bromeas? Es solo una simple silla. El trono es mucho más grande, digno de una emperatriz.

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