Se remojó los labios y suspiró. Ni siquiera Icelyn sabía de aquello, aún no se atrevía a contarle por miedo a que lo juzgase un demente. Con Moon sintió el mismo miedo. Resuelve los problemas de personas especiales para que sean felices. O algo parecido a eso.
Tomó asiento a su lado, apoyando su espalda contra la pared, abrazando sus rodillas. — Entiendo... —Echó la cabeza hacia atrás, para mirar al techo, pensativa, por unos segundos.— ¿Te causa estrés el tener la responsabilidad del oficio familiar? Puedo entender eso... De cierta manera. ¿De qué trabaja tu familia?
No sé si a esto se le pueda llamar molestia, es... como el oficio familiar. Deslizó una mano por su nuca, dándose ánimos a sí mismo con esa caricia. A veces me deja dormir; otras, no. Es difícil de explicar.
