La miró tan abstraída que no pudo evitar darle un ligero toquecito en el ceño que comenzaba a fruncir.
—Si haces ese gesto, te vas a quedar así—bromeó, mostrándose más afable que en un inicio—, ¿de verdad?, ¿no te gustan? Pero vamos, con los gatos hacen una buena combinación—dijo con total convicción, apoyando una de sus manos en el hombro de Adrienne—, algún día deberías ir a escuchar a nuestra banda. Se llama "Kitty Section", y usualmente practicamos en la casa flotante. ¡Estás invitada!, por si alguna vez pasas por el Sena.
SW-User
Nunca recuerdo lo que sueño. Es raro. Sé que debo soñar algo, pero diario lo olvido...
-Hizo una mueca, donde resaltó el labio inferior por un par de segundos. Pensó en lo pésimo y extraño de su memoria. Recordar las partituras de piezas musicales en el piano era más fácil que acordarse de un sueño-
No soy fanática de los unicornios. Me gustan... los gatos negros. Dicen que son de mala suerte, pero yo no lo veo así.
-Se acomodó un mechón de cabello tras la oreja, antes de mirarle- Claro que me gusta. Mi madre me hace escuchar música clásica desde que era una bebé.
Luka compuso una sonrisa en cuanto la sintió cercana, acomodando la funda de su guitarra cerca de la ventana.
—No es tan extraño—repuso soltando una risita disimulada—, todos soñamos, sin embargo, para algunas personas es casi imposible recordarlo. Dicen que... se evoca lo que genera menos angustia—afirmó, manteniendo el mentón apoyado en la palma de su mano—, pero eso está bien, ¿no? Los unicornios son mejores—rió para sí y luego concentró su atención en ella—, y dime, Adrienne, ¿a ti te gusta la música?
SW-User
-Dio un suspiro de alivio. Por un momento llegó a pensar que confundía al chico, pero esa melena negra con destellos aqua era difícil de olvidar.
Contraria a la personalidad que adoptaba con Marin o en su fase heroica, Adrienne era tan reservada y propia como le fuera posible, justo como su madre la había educado desde que tiene memoria. Afianzó la correa del bolso que usaba como mochila y se sentó al lado de Luka-
¿Puedes recordar algo que escuchaste en tus sueños? ¡Vaya! Eso es como un súper poder. Yo rara vez sueño.
Después de algunos minutos, y un tanto adormilado, pudo percibir que no era el único en el vagón de pasajeros. Una joven rubia le sonreía en el reflejo del cristal, y él, correspondió a ese mismo saludo con un ligero asentimiento.
—¿Adrienne?—Cuestionó, como si tratase de confirmar su identidad. La recordaba como la amiga de Marinette y Adrien, con quien se había topado algunas veces a la salida del Colegio Françoise Dupont—, trataba de recordar una melodía que escuché en sueños—confirmó, palmeando el asiento contiguo para que le hiciese compañía.
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¡Luka! Te ves muy pensativo... ¿puedo sentarme a tu lado?
